En la gama de ruinas patrimoniales de Maracaibo sobresale el templo San Felipe Neri, ubicado en la calle Ayacucho (actual avenida 11), y próximo a la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá y San Juan de Dios.
Un joven jesuita llamado Carlos Gabriel Rodríguez Escalona escribió un trabajo al cual denominó: Ecos de San Felipe: Influencia del Patrimonio Histórico Religioso en la Ciudad de Maracaibo. En junio de 2017, la Academia de Historia del Estado Zulia, durante la presidencia del Dr. Jorge Sánchez Meleán, otorgó el Premio José Domingo Rus a este novel autor, por considerar meritorio su análisis sobre la historia del templo San Felipe Neri, así como el papel de la Compañía de Jesús en la promoción de los valores espirituales en Maracaibo.
A continuación presentaré un resumen del discurso pronunciado por Gabriel Rodríguez al momento de recibir el Premio José Domingo Rus. Para ello, tomaré en cuenta lo relacionado con la importancia histórica del templo San Felipe Neri, su relevancia como bien patrimonial y la labor de los jesuitas en Maracaibo.
La construcción del Templo San Felipe Neri se inició en 1805. Su origen está asociado a la profunda devoción de José Simón Peña, quien tras sobrevivir a una situación de angustia y salir ileso gracias a la intercesión de San Felipe Neri, cumplió la promesa de adquirir un terreno en el casco central de Maracaibo (propiedad de la familia Fernández de la Colina Peredo), e inició la construcción del templo. Luego de morir, su hijo, José Simón Peña, continuó y finalizó la obra. La edificación se caracterizó por el uso de materiales de primera calidad para la época y una técnica de pintura con cristales de sábila y clara de huevo.
La familia Peña fue una de las más ilustres de la Maracaibo de antaño. Un detalle notable es que la imagen de San Felipe Neri, comprada por el señor Peña en Jamaica, resultó ser hueca y contenía una considerable cantidad de medicinas; estas fueron utilizadas con fines caritativos, lo que llevó a la inauguración de la primera botica de Maracaibo en 1805, destinada a beneficiar a los más necesitados. Desde sus inicios, el templo San Felipe Neri estuvo intrínsecamente ligado a actos de caridad y compromiso social.
La vida apostólica y social del templo San Felipe Neri experimentó un notable auge con el retorno de los Padres Jesuitas a Maracaibo en 1925, por iniciativa de Monseñor Marcos Sergio Godoy, tercer obispo de la ciudad. Desde entonces y hasta 1973, el templo fue un vibrante centro de actividad con numerosos grupos de oración, apostolado, ayuda a los pobres y catequesis. De estas agrupaciones podemos mencionar: Damas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Caballeros de San Ignacio y Santificadora del Hogar, las cuales tuvieron un impacto significativo en la formación cristiana de los maracaiberos.
Este período jesuita marcó la mayor promoción e impulso del servicio social. Desde San Felipe Neri surgieron proyectos educativos y culturales que atendieron el desarrollo social de Maracaibo. Tal es el caso de la fundación del Colegio Gonzaga, que por varias décadas ha brindado educación de calidad y del cual han egresado importantes personalidades en el ámbito social, político y religioso del país. Los jesuitas del templo San Felipe Neri fueron pioneros en recorrer los barrios más pobres de la ciudad con la "Auto Capilla", un autobús transformado en capilla, lo que evidencia su compromiso con la formación en la fe de los más necesitados.
La presencia jesuita en el Zulia, con el templo San Felipe Neri como epicentro, se puede dividir en dos momentos principales, marcados por el Concilio Vaticano II. Un primer momento (1925-1960) se centró en la llegada al templo y las fundaciones del Colegio Gonzaga y la Casa de Ejercicios Espirituales. Un segundo momento, posterior al Concilio, se caracterizó por la expansión hacia los barrios y sectores populares, con la creación de nuevas parroquias, una nueva sede del Colegio Gonzaga en el barrio San José y la implementación de programas de formación por medio del Movimiento de Educación Popular Fe y Alegría, mostrando una clara opción por los más pobres. Durante la estadía de los Padres Jesuitas en el templo San Felipe Neri, pasaron por este sagrado recinto un total de 34 sacerdotes, 7 hermanos religiosos y 1 maestrillo.
Finalmente, los Jesuitas se retiraron del templo San Felipe Neri en 1973, por instrucciones del Gobierno Nacional, debido a la transformación urbana del barrio El Saladillo; su conducción fue confiada al Banco Obrero, actor importante en el plan de remodelación y modernización del casco central de Maracaibo. Posteriormente, el templo fue otorgado en comodato a la Universidad del Zulia, por un lapso de 20 años. Una inspección reveló el mal estado del templo, lo que llevó al Centro Rafael Urdaneta a asumir su mejora, realizando intervenciones en el piso y techo. Sin embargo, el templo fue finalmente cerrado.
Otras precisiones importantes sobre este templo, además de las indicadas por Rodríguez Escalona, pueden encontrase en obras precedentes, entre ellas: Historia del Estado Zulia, de Juan Besson, Maracaibo un poco de su historia, de la autoría de Adolfo Romero Luengo, y Maracaibo del pasado, de Manuel Matos Romero. Al respecto, podemos apuntar lo siguiente:
-El templo terminó de construirse en 1834 y se bendijo en 1835. Besson y Romero Luengo indican que el Pbro. O. de J. Romero presidió la primera misa, que se celebró el 26 de mayo de 1835, con ocasión de la festividad del santo titular.
-Desde su fundación hasta el retorno de los jesuitas a Maracaibo, el templo no recibió los cuidados adecuados para el mantenimiento de su infraestructura. Esto se explica por el hecho de que su edificación no fue iniciativa de la Iglesia, sino de seglares que no procuraron eficientemente su conservación.
-Según Romero Luengo, en 1922 el templo pasó a ser propiedad de la Diócesis del Zulia, aunque a inicios de los años 70 del siglo XX resultó cuesta arriba ubicar la documentación legal de la propiedad, situación que se presentó en el marco de los trabajos improvisados de remodelación del casco histórico de Maracaibo. Esta intervención urbana significó el abandono del templo hasta nuestros días.
-Pueden identificarse tres etapas en la historia del templo: 1) de 1835 a 1922, cuando estuvo dirigido por seglares o particulares; 2) de 1922 a 1973, tiempo en el que fue regentado por la diócesis maracaibera, con la presencia de los jesuitas a partir de 1925; 3) y de 1973 hasta la actualidad, período signado por la tutela del Estado venezolano.
Con acierto, Rodríguez Escalona afirma que el deterioro del templo San Felipe Neri es un lamentable signo del poco valor que damos a nuestro patrimonio tangible. Es tiempo de sumar esfuerzos a fin de rescatar del abandono esta edificación patrimonial; avanzar en esta dirección es una manera de fortalecer la identidad que compartimos; también el hecho de preservar aquello que nos pone en diálogo con el pasado, reivindica el legado de quienes nos han antecedido, y nos debe comprometer a incentivar la memoria histórica en las noveles generaciones de maracaiberos.
*Cronista de Maracaibo. Profesor de historia de Venezuela en la Universidad del Zulia. Miembro de la Academia de Historia del Estado Zulia, E-mail: [email protected] Instagram: @cronistademaracaibo X: @CronMaracaibo TikTok: @cronistademaracaibo