Los astrónomos que operan el Telescopio de 4 metros Víctor M. Blanco, de la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU. en el Observatorio Interamericano Cerro Tololo, obtuvieron una imagen en la que el glóbulo cometario CG 4, conocido como la ‘mano de Dios’, parece que está «a punto de devorar» la galaxia espiral ESO 257-19. La «mano fantasmal» luce como si emergiera del medio interestelar y se extendiera hacia el cosmos para atrapar a la indefensa galaxia que se observa de canto.
La espectacular vista, obtenida por los especialistas con la cámara de energía oscura del NOIRLab, es producto de una alineación casual entre estos objetos estelares, pues esta galaxia está a más de 100 millones de años luz de CG 4. El oscuro y polvoriento glóbulo cometario, ubicado en la constelación de Puppis a unos 1.300 años luz de distancia, es uno de los muchos presentes en la Vía Láctea.
Los glóbulos cometarios son una subclase de las nebulosas oscuras, conocidas como glóbulos de Bok: nubes aisladas de denso gas y polvo cósmico rodeadas de material ionizado caliente. Cuando estas nubes exhiben un desprendimiento de material que da como resultado una cola extendida, se las conoce como glóbulos cometarios debido a su vaga semejanza con un cometa, aunque no tienen nada en común.
CG 4 muestra una cabeza polvorienta, que tiene un diámetro de 1,5 años luz, y una larga y tenue cola, que mide unos 8 años luz de largo. Por mucho tiempo, estos objetos pasaron desapercibidos para los astrónomos porque son muy débiles. Sus colas, envueltas en polvo estelar oscuro, bloquean el paso de la mayor parte de la luz.
Sin embargo, el filtro especial de hidrógeno-alfa de la cámara de energía oscura puede captar el tenue brillo rojo del hidrógeno ionizado presente dentro de la cabeza de CG 4 y alrededor de su borde exterior. Esta luz se produce cuando el hidrógeno se excita después de ser bombardeado por la radiación de estrellas masivas y calientes cercanas.
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