El amor de los abuelos es incondicional, esa tenuidad que tienen con sus nietos, los hace quererlos mucho más. Su tiempo, ya transcurrido, con aquel que va empezando a labrar un camino, los aferra a vivir más cerca de ellos.
Hoy, en la celebración del Día del Niño, su presencia es valiosa. El cuidado y la paciencia de los abuelos es un tesoro para los pequeños de la casa.
"Ser abuela es volver a recordar a mis hijos cuando estaban pequeños, pero con el tiempo de poder tenerlos y disfrutarlos. Lidiar a diario con ellos es una tarea fuerte, pero se descubre que se quieren más a los nietos que a los hijos", repetían los abuelos, mientras sonreían al lado de sus pequeños traviesos.
Esos gratos momentos que pasan juntos quedan grabadas en su memoria y en algunas fotografías plasmadas en los álbumes de la familia. Allí, recordarán a sus abuelos y sentirán ese amor genuino que les brindaron en algún momento de sus vidas.





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