Sentada en una silla plástica e identificada con su bata blanca y el estetoscopio guindando de su cuello, la doctora María atiende a sus pacientes en las afueras de su consultorio.
Su ardua jornada consiste en valorar a todos aquellos residentes del barrio Aníbal Ospino de la parroquia Antonio Borjas Romero, en Maracaibo del estado Zulia.
Cumpliendo con el juramento médico de velar por la vida humana, aun estando bajo amenaza, esta doctora le dedica a sus pacientes su valioso conocimiento.
Aun cuando su espacio no esté en óptimas condiciones y los pocos recursos la frenen en brindar una mayor atención, la doctora María no se detiene. Con su bata blanca y un estetoscopio, comienza a atender a las más de mil 280 familias que residen en esta barriada.
"La doctora quisiera dar más, pero no puede, solo nos quedamos con su valoración médica y eso nos alivia. Ella, en vez de cerrarnos las puertas, saca su silla y comienza a atendernos, eso es de valientes", precisaron Daimer Villegas, líder comunitario, y la ciudadana Zenaida González.
Los vecinos de esta barriada marabina claman a las autoridades competentes para que la población tenga una atención de calidad y escuchen sus peticiones.
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