¿Que cómo somos? Bueno, algunos se arrechan (ponerse bravo), cuando nos dicen que somos únicos, que somos regionalistas, pero para otros somos gente especial, que amamos lo nuestro, que queremos nuestro gentilicio, que hacemos amistad, hacemos reír con un dialecto y manera de ser propia, pero en verdad somos así, y nos quieren así. No somos únicos, lo que somos es zulianos, y a nuestra región la queremos mucho. A propósito de la Semana de la Zulianidad, le dejamos al amigo lector parte de nuestra historia e idiosincrasia.
Los estudiosos dicen que somos una mezcla cultural heredada de los europeos e indígenas que ocuparon y ocupan estas tierras. Una mezcla que es observada en muchas de nuestras costumbres, incluyendo los diferentes platos autóctonos de la dieta diaria que son típicos de nuestra región.
Con el castellano, el zuliano tiene arraigado, diferente del resto del país, el llamado “voseo” que lo identifica claramente entre los venezolanos al momento de hablar. Se caracteriza por el uso de muchas palabras y expresiones distintas del español, así como un acento marcado, diferente al de otras regiones del país.
El gentilicio que tiene se debe al tipo de habla que utiliza. El maracaibero es típicamente voseante. Conserva para esta conjugación la forma de la segunda persona del plural familiar (vosotros). Quizás esto permanezca así porque el Zulia se mantuvo fiel a la corona española durante la guerra de independencia de Venezuela.
Los nacidos y criados en nuestra tierra usan frases únicas y un lenguaje coloquial que despierta el interés de compatriotas de otras regiones y visitantes de otros países: Por ejemplo, cuando se expresa: ¡Qué molleja!, ¡a la vaina!, ¡vértale!, frases que indican asombro, o mollejúo, algo grande.
El Zulia posee unos símbolos que lo identifican política, histórica y culturalmente frente a la nación y las demás entidades federales, con recursos provenientes de la naturaleza que identifican su belleza, como el cocotero, por ejemplo, árbol que representa también la riqueza de la flora zuliana. El maracucho defiende y lo plasma en un verso de sus gaitas tradicionales: "Es la tierra del zuliano un paraíso pequeño".
Con sentimiento defienden al lago que los rodea, al prestigioso puente que enlaza sus orillas, que es símbolo de la modernidad en Venezuela, al relámpago del Catatumbo, que se ha convertido en récord Guinness, y a su hermosa Virgen de Chiquinquirá, patrona de los zulianos.
Lo dijo don Pedro Colina en su interpretación de El regionalista, de Chinco Rodríguez, cuando en su poesía en uno de sus versos, exclamó: "Me pueden decir ahorita que esto mío es un capricho, ya más de uno me ha dicho que soy un regionalista, no importa, soy egoísta, yo al Zulia lo quiero mucho, cuando de ese lago escucho el chapoteo del marullo, se me infla el pecho de orgullo al saberme maracucho".
Los que aquí habitan, nacidos con una mezcla heredada de los europeos e indígenas, tiene los diferentes platos autóctonos de la región que disfrutan en su cocina o incluso ofrecen en sus negocios particulares, entre ellos el chivo en coco, mojito en coco, huevos chimbos, bollos pelones, plátano, patacón, mandocas, dulce de limonsón, el pabellón criollo, los pastelitos, arepas, cachapas, paledonia, toda una gastronomía emblemática de nuestra región.
Nuestras expresiones
Los zulianos utilizan expresiones tales como "miarma" y "vergación". Por ejemplo; "¡miarma, no sabía eso!", y el "vergación", cuando algo les parece sorprendente o también para hacer énfasis en el tamaño, color, olor y otras características sobre a lo que se refieren, ejemplo: "¡Vergación de grande es tu casa!" o "¡Vergación de calor hay".
¡En Maracaibo se pasa frío! En la calle hay 40 grados a la sombra, pero en las casas se procura una temperatura exageradamente baja. Nada ha podido acabar con la cultura del aire acondicionado.
En esta tierra del occidente del país se toma la cerveza más fría de Venezuela, mantenerla casi al punto de congelación es algo que ningún maracucho descuida al momento de conservarla.
Existen locales comerciales exclusivos para la venta de patacones (a base de plátanos), de bollos pelones (bolas de masa de maíz rellenas de carne o pollo) o tumbarranchos (arepas rellenas de queso y mortadela) rebozadas de mezcla de harina, huevo batido y fritas.
Aquí hay para todos, zulianos, como dice la gaita de Heriberto Molina que interpretó Astolfo Romero: "En casa se venden tetas y mondongos especiales, periódicos, terminales, ganadores y dupletas". En casa se larga el forro, se titula, y es una expresión maracucha para decir que se trabaja mucho para el sustento.
Noticia al Día / Javier Sánchez