El trajín y el bululú propio del centro de Maracaibo en la temporada navideña y de fin de año, entró en receso los primeros días de enero.
Las calles se encuentran desiertas, pocos buhoneros en la vía y las santamarías de los locales comerciales, permanecen cerradas, a la espera que pasen estos días y comience el rebulicio que caracteriza a la céntrica zona de la ciudad.
Lo mismo pasa con el transporte público, que ha bajado la presión y ya no hay la misma cantidad de vehículos que por lo general congestionan las vías y causan embotellamientos.
En las imágenes captadas por la colega Fanny Reyes, se aprecia como los pasillos del centro comercial San Felipe, que por lo general se encuentra abarrotado, tanto de comerciantes informales, como de personas buscando las ofertas del día, están vacíos.
La misma tranquilidad se respira en el Gran Bazar, protagonista el pasado 24 de diciembre de una trifulca, luego que un presunto delincuente intentara asaltar a unos de los comerciantes y éste se defendiera a golpes y patadas logrando frustrar el robo.
Por los momentos reina la soledad, pero no pasará mucho tiempo, cuando cada uno de estos locales vuelvan a la cotidianidad, los usuarios regresen como siempre y la algarabía de los usuarios impregnen estos espacios.
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