En el corazón de Maracaibo, un espacio educativo se erige como bastión de la cultura Wayúu, ofreciendo a niños, jóvenes y adultos la oportunidad de aprender y reconectar con sus raíces. La escuela ubicada en la Base de Misiones Ana María Velázquez, en la parroquia Coquivacoa de Maracaibo, no solo enseña el idioma wayuunaiki, sino que también fomenta el arte de la artesanía tradicional y la riqueza de la culinaria indígena.
Este proyecto liderado por Maritza Sariego, representante de la Base de Misiones y respaldado por el Instituto Nacional de Idiomas (INIDI), busca preservar y transmitir los conocimientos ancestrales que definen la identidad del pueblo wayúu. Desde el aprendizaje de las primeras palabras en wayuunaiki hasta la creación de coloridas mochilas y la preparación de platos autóctonos, la escuela ofrece una experiencia inmersiva que celebra la herencia cultural de una de las comunidades indígenas más emblemáticas de Venezuela.
Maritza Sariego es un claro ejemplo de la dedicación de quienes trabajan por preservar las lenguas indígenas. Siendo miembro de la comunidad añú, presentó un proyecto para la creación de un nicho etnolingüístico en la Base de Misiones Ana María Velázquez, ubicada en el barrio Los Pescadores, en la avenida Milagro Norte de la parroquia Coquivacoa, Maracaibo. Este proyecto, aprobado por el Gobierno nacional, cuenta con el respaldo del Instituto Nacional de Idiomas (INIDI) desde hace dos años.
Maritza, responsable de la Base de Misiones Ana María Velázquez, impulsó la propuesta del nicho etnolingüístico con el objetivo de rescatar la cultura wayúu a través de la oralidad. El proyecto busca que los alumnos desarrollen habilidades lingüísticas desde temprana edad. Niños de entre 3 y 6 años aprenden vocales, consonantes, colores, números y normas de cortesía; mientras que los mayores de 7 años comienzan a practicar diálogos, y los adolescentes participan en actividades más avanzadas, como bailes y conversaciones complejas.
Ana González, docente de educación integral, explicó a Noticia al Día que en el nicho se enseñan el idioma wayuunaiki, danza, artesanía, gastronomía, cría de porcinos, cultivo y cuidado de plantas medicinales, así como los modales, valores y principios de la cultura wayúu. La educadora destacó que los estudiantes aprenden mediante la audición y el uso de señas, identificando y pronunciando objetos, animales o cosas en el contexto de la vida cotidiana durante las clases, que se imparten los lunes, jueves y viernes, de 5:00 p.m. a 7:00 p.m.
González aseguró que todas las prácticas se realizan en la cabaña, excepto la cría de porcinos, ya que no cuentan con animales en el espacio. Sin embargo, explicó que algunas familias del sector tienen criaderos de cerdos y chivos, lo que les permite realizar visitas donde los estudiantes aprenden a cuidar, mantener, reproducir y obtener ingresos del ganado. "Es importante que también conozcan este procedimiento, ya que los animales forman parte de nuestro sustento, tanto para el consumo como para la comercialización", detalló González.
La maestra subrayó que estas actividades son gratuitas y están abiertas a cualquier persona interesada en aprender sobre el idioma y la cultura Wayúu. La choza está ambientada con elementos característicos de la cultura indígena, como diseños de troncos que funcionan como sillas, permitiendo a los niños un contacto directo con la tierra, tal como en la Guajira.
Estos espacios educativos únicos son un salvavidas para las lenguas en peligro de extinción, empoderando a los niños indígenas para que se reconecten con su herencia cultural.
Noticia al Día