En Maracaibo, existe un lugar donde la dignidad y la esperanza se cocinan a diario. La Fundación Alimentando Sueños, dirigida por Mayra Carolina Leal, inició en 2015 como un motor social que desafía las adversidades que golpean el sector Altos de Milagro Norte.
La institución es impulsada por la fe inquebrantable y el amor desinteresado de cada una de sus colaboradoras. La necesidad que atienden es desgarradora, la mayoría de los niños y niñas que llegan a la fundación provienen de entornos de vulnerabilidad extrema: han sido víctimas de abuso, maltrato o viven bajo la amenaza de la delincuencia y el hambre.
El caso de la Casa Abrigo es un reflejo de esta crisis: las niñas que allí se resguardan son sobrevivientes de abuso, y los adultos con Síndrome de Down fueron rescatados en condiciones vulnerables.
Su directora, Leal no es solo la cabeza de la fundación; es una "madre defensora" de estos niños y personas. Aunque aún lucha por el registro formal, su impacto es profundo: más de 300 personas pasan a diario por sus puertas buscando sustento, educación y un abrazo.
"Acá no viene el que tiene, acá viene el que no tiene. Si a veces no tenemos comida, tenemos oídos para escuchar. Nada más con escuchar, hemos salvado vidas. Sabemos que nuestra paga viene de parte de Dios".
La Fundación Alimentando Sueños engloba tres frentes vitales: un comedor comunitario, una escuelita y una casa abrigo. Este complejo esfuerzo es sostenido por su liderazgo y sus 17 colaboradoras, quienes trabajan enteramente por vocación.
Una de las colaboradoras, Elizabeth Ramírez, lo resume en unas palabras de aliento que la han llevado a permanecer obrando por cada vida. "He tenido el amor para estar aquí, por la voluntad propia del Señor que me hace estar en esta fundación".
Esta dedicación resume el espíritu del equipo, donde ninguna mujer cobra un sueldo, demostrando que el único pago es, efectivamente, el amor.
Llamado urgente a la solidaridad
Hoy, la Fundación Alimentando Sueños necesita la ayuda de la sociedad. Esta es la realidad que enfrentan:
- La principal carencia es la alimentación. El estómago vacío de estos niños detiene su derecho a aprender y su futuro. Se necesita un flujo constante de insumos para garantizar el plato de comida diario, asegurar el sustento y poder alimentar a más personas que llegan con una última esperanza.
- Reconocimiento a las 17 colaboradoras. Llevan más de diez años trabajando por amor y merecen una vida digna. Se necesita apoyo económico constante para que estas heroínas puedan recibir un sueldo estable, dignificando su labor incalculable.
- Recuperar la inocencia perdida. Los niños han sufrido tanta desidia que una cancha y un parque serian su única vía de escape. Estos espacios son vitales para que puedan jugar, recrearse y alejarse de los peligros de la calle. La líder de la fundación asegura que "ellos con una cancha se entretienen", rogando por esta oportunidad de sonreír.
Mayra Leal y sus compañeras de lucha no piden riqueza, solo piden que la vida les dé una oportunidad. Afirma con certeza que nadie va a estudiar o aprender con hambre.
Uno de los objetivos de Mayra y sus colaboradoras es que el amor y el sacrificio de esta fundación no se olvide. Cada gesto es una promesa de que estos niños no volverán a sufrir y una dignificación para las 17 madres que trabajan sin sueldo.
¡Súmese hoy a esta misión de amor!
Contacte a Mayra Carolina Leal Parra y extienda su mano solidaria:
- 0412 147 6697
- 0414 687 7286
Will Marval/ fotos/Xiomara solano
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