La Navidad en Venezuela es una celebración rica en tradiciones, sabores y colores. Si bien el rojo y el verde dominan la escena festiva global, en nuestro país, el color amarillo emerge con un significado cultural profundo, especialmente en las festividades de fin de año.
Este tono va más allá de la decoración, transformándose en un poderoso augurio de prosperidad y un símbolo optimismo.
La fuerte asociación del amarillo con la riqueza, el oro y la abundancia es el motor principal de su popularidad durante la época decembrina:
- La tradición más popular, es el uso de ropa interior o accesorios de color amarillo en la víspera del 31 de diciembre, se cree firmemente que esta práctica ritual atrae muy buena fortuna económica y la
prosperidad para el año que comienza. Esta costumbre, heredada y adaptada de diversas culturas latinoamericanas, se vive con gran emoción en distintas regiones del país. - El amarillo representa la luz del sol, el calor y la energía. En un ambiente donde la familia se reúne para celebrar y renovar la fe, este color irradia optimismo y alegría, elementos esenciales del espíritu navideño venezolano.
- Para la decoración algunos suelen utilizar velas, cintas y luces de este color para simular la presencia del oro, deseando que el nuevo año venga "cargado" de bienes materiales y espirituales.
- A menudo, el amarillo está presente en los centros de mesa o en detalles de la vajilla, reforzando el deseo de que la mesa nunca falte la abundancia y que se multipliquen las bendiciones en el hogar.
El amarillo en la Navidad venezolana es la manifestación visible del deseo colectivo de un futuro más prometedor, llenando los hogares con la vibrante promesa de riqueza y esperanza, mientras se disfruta del sabor de las hallacas y el ritmo de las gaitas.
Noticia Al Dia / Arelys Munda