Hace 23 años, Carlha León no podía imaginar los eventos extraordinarios que estaban por llegar a su vida. Su primer hijo, Gerardo, tenía 13 años cuando Andrés vino al mundo. Su primera experiencia con la maternidad transcurrió sin novedades, salvo las que cualquier otra madre pueda relatar.
Para aquel entonces era una reconocida Comunicadora Social, con una exitosa trayectoria como corresponsal de RCTV en el Zulia, en espacios radiofónicos y en el periodismo institucional. Una vida bastante ocupada que puso en pausa, para cumplir el anhelo de ser madre por segunda vez.
Así lo conversó con su esposo, Reinaldo Cubillán. Se tomó un receso laboral, dispuesta a “tener el mejor embarazo de la vida”.
El Parroquiano, Astolfo Romero, amigo de la familia, pocos meses antes de partir de este mundo, al ver la hermosa barriga que Carlha exhibía le dijo: “Cuida mucho a ese bebé, porque va a ser muy importante”.
Carlha sospechaba que algo no estaba bien con Andrés
El 6 de mayo de 2000 nació Andrés, dando un giro radical a la vida de sus padres. Carlha venía sospechando que algo no andaba bien con el niño, ya que “no agarraba la teta, ni el tetero; no tenía reflejo de succión”.
A los tres meses de vida, como consecuencia de sus dificultades para recibir alimentos, Andrés sufrió de desnutrición. Consultando con un especialista en Valencia, se determinó que el pequeño Andrés debía ser llevado a quirófano para intervenir una obstrucción del píloro.
Las palabras mágicas de Joaquín Peña
Posteriormente, el pediatra Luis Flores le sugirió a Carlha llevar a Andrés con un neurólogo. Es entonces cuando el doctor Joaquín Peña, dio el diagnóstico: Parálisis Cerebral Congénita, pero también abrió una rendija de esperanza: “Su hijo va a llegar hasta donde usted quiera”. Esas fueron “las palabras mágicas”, que permitieron que la madre recibiera con serenidad aquel resultado.
Para Carlha la búsqueda de la perfección, de lo bien hecho, es un principio de vida. De manera que, desde aquel hallazgo médico, su vida y la de su marido estuvieron centradas en darle a Andrés lo mejor y procurar todos los recursos disponibles, en cuanto a terapia y rehabilitación, para que su hijo superara cualquier pronóstico.
Los avances no se hicieron esperar: quizás algunos imperceptibles, pero Carlha celebraba esos pequeños logros.
Estaba negada a volver a trabajar, abocada a los múltiples tratamientos y atenciones que requería Andrés, pero en algún momento encontró a una persona, lo suficientemente confiable, para cuidarlo. Es entonces cuando aceptó integrarse a la Gerencia de Comunicaciones de la Alcaldía de Maracaibo.
Primeros pasos de Andrés
Andrés no caminó hasta los cinco años, tras ser abordado en Caracas por el neuroquímico Fuad Lechín, quien estudió sus neurotransmisores y le prescribió un tratamiento para regularlos. Como resultado, Carlha y Reinaldo vieron los primeros pasos de su hijo.
“Andrés comenzó a crecer, empezó a entender, a obedecer órdenes… Eran cambios abismales que la psicopedagoga no podía creer”, relata.
Otro diagnóstico: el Autismo
Cuando Andrés tenía 17 años, se le diagnosticó Autismo. Así como en las oportunidades anteriores, esta madre comprometida, guerrera e incansable, vio un nuevo reto delante de sí.
El abordaje nutricional, libre de gluten y caseína recomendado para personas con TEA, fue decisivo para que la mejoría de Andrés ocurriese a pasos agigantados. “Cuando le quité las harinas, el azúcar, la leche, las frituras y salsas, empezó a comer solo, disminuyeron sus crisis…”.
En la actualidad, Andrés asiste a diario a la Fundación de Padres y Amigos de Adolescentes y Adultos con Discapacidad intelectual y del Espectro Autista. Cumple con las actividades que le asignan y es un joven que interactúa con su familia y compañeros, pudiendo realizar ciertas actividades sin asistencia. Es un notable nadador, con dos medallas de oro.
Mi vida con Andrés: el blog inspirador de Carlha León
Carlha ha dejado constancia de sus experiencias, logros y aprendizajes en redes sociales, bajo el título Mi vida con Andrés. Cada relato y anécdota es motivo de inspiración para quien lo lee, más aún para los padres cuyos hijos tienen alguna condición o discapacidad.
Las claves que Carlha quiere dejar a los padres de niños con discapacidad o capacidades diversas, son: en primer lugar, la aceptación. “Lo más importante es aceptar que tu hijo tiene una discapacidad; si no lo aceptas, él no va a avanzar y tú te vas a frustrar. Yo le exijo a Andrés, pero estando consciente de su limitación”.
En segundo lugar, el amor y el reconocimiento. “Quererlo como quieres a tus otros hijos y brindarle las condiciones de vida que merece. Andrés tiene su cuarto solo desde el año y medio de edad… tiene su espacio, su privacidad”. Andrés es un niño amado, atendido, por sus padres y familiares.
El otro secreto es la perseverancia. “De nada vale hacerle terapia hoy y que pasen seis meses para volver a hacerla… de nada vale darle la medicina hoy y no hacerlo mañana… Eso no puede parar nunca”, puntualiza Carlha.
¿Su mayor logro, en estos 23 años? Es tener la certeza de que Andrés se siente amado y que es un niño que da amor. Sin duda, su mayor éxito y la mejor noticia compartida por Carlha León.
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F Reyes
Fotos: José López Linares / Cortesía
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