Miércoles 30 de julio de 2025
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Ámate y Acéptate, el reflejo de 113 niños con síndrome de Down: Ángeles en la tierra

Ellos son los ángeles de esta fundación

Ámate y Acéptate, el reflejo de 113 niños con síndrome de Down: Ángeles en la tierra
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Ciento trece niños son el reflejo de la fundación Ámate y Acéptate, organización que busca ser reconocida entre el tumulto de la sociedad maracaibera.

Ellos, con sus ojos almendrados, llaman al amor, aquel que va de la mano de su tenuidad y ese cariño que abraza solo con verlos.

Este proyecto surgió por el contacto con una niña que padecía cáncer, tenía Síndrome Down y anhelaba ser modelo, despertando en Angélica Morales el deseo de ayudar a esas pequeñas personas que tenían ese sueño en particular.

Es así como nace Ámate y Acéptate, una organización sin fines de lucro que emprendió su camino en mayo del 2022, con el objetivo de realizar actividades que apoyen a la inclusión, igualdad y ayuda humanitaria en cuanto a salud para estos niños, niñas y adolescentes.

"Mis ángeles, así los llamo. Cuando empecé tenía 28 niños, y hoy, con tres años de labor, ya son 113 que me acompañan. Con ellos he aprendido a sobrepasar límites que creía imposibles", relataba Angélica Morales, directora de Ámate y Acéptate, para Noticia al Día.

Reunidos en una granja donde festejaban el Día del Niño, se encontraba una parte del corazón de esta fundación. Ellos, con su alma noble y cargados de energía, disfrutaron sin parar. Allí, demostraron el talento que tiene cada uno y el cual desempeñan dentro de la institución.

"Mis fashion model Down, mister, Mamá Down y talento urbano Down, son las actividades que realizan mis ángeles para desarrollar su potencial. Con su talento busco que se sumen personal médico para que formen parte del patrocinio y darles consultas gratuitas durante todo el año", destacó Morales mientras abrazaba a su animador estrella, Andrés López Aguilar.

Un refugio deteriorado

El refugio de Ámate y Acéptate quedó pequeño ante el impresionante crecimiento que esta noble mujer emprendió con unas cuantas monedas cargadas de esperanzas. Hoy, Morales cuenta con una sede donde al llover, el agua destila por sus paredes y la deteriora cada vez más. Ahí no los puede tener.

"Ya contamos con una sede en el módulo de Cañada Honda, ubicado en la parroquia Cacique Mara de Maracaibo. Sin embargo, no hemos podido habilitarlo para comenzar las clases porque se llueve todo. Necesitamos de mano amiga para impermeabilizar y colocarles aires acondicionados. Allí recibirán una oportunidad laboral, de inclusión y que puedan vencer temores", comentaba Morales rodeada de su gran equipo.

Una voz que habla por todos

Estos 113 niños, niñas y adolescentes "destilan" amor, ese que va más allá de lo visible; de lo tangible. Más allá de formas, personas, mundos y colores. Ellos no se miden, ellos son una voz que hablan por todos, y tanto su fuerza como su capacidad hace que sean únicos.

De su mano van sus madres, padres y abuelos, quienes tienen la tarea de sostenerlos, de emprender ese arduo camino por este mundo terrenal. "Su repentino cambio de humor nos complica el día a día, pero siempre buscamos en que entretenerlos, jugamos con ellos, salimos, hacemos actividades para mantenerlos ocupados. No es fácil, cada día es diferente, pero como aprendemos de ellos, como entendemos que no tienen límites, que pueden hacer mejores cosas que nosotros, y nos damos cuenta, es en ese momento que convivimos con ellos", acordaban sus representantes durante este disfrute por su día.

Grettel, Grace, Kriss, Andrés, Alejandra, Kelly y todos estos pequeños ángeles son el pilar fundamental de esta fundación que ya alberga a niños de otros estados del país, y que busca formar parte de un mundo de oportunidades y de inclusión.

Noticia al Día

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