Viernes 08 de noviembre de 2024
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Alejo: 24 años de amor y trabajo en un vaso de chicha

Por muchos años, el Zulia ha sido territorio de oportunidades para migrantes, en especial de ciudadanos colombianos, como el caso…

Alejo: 24 años de amor y trabajo en un vaso de chicha
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Por muchos años, el Zulia ha sido territorio de oportunidades para migrantes, en especial de ciudadanos colombianos, como el caso de Alejandro Caicedo, vendedor de chicha, tizana y variedad de jugos naturales en la Fundacion Mendoza de Maracaibo.

Caicedo, conocido popularmente como Alejo, es el más buscado por los habitantes del sector, quienes acuden en filas para degustar sus deliciosas bebidas ante las altas temperaturas de la ciudad marabina.

La más solicitada por sus clientes es la chicha, una delicia a la que muchos consideran que es la más espesa y cremosa de la ciudad. La popular bebida de Alejo se viralizó en redes sociales por el espesor de la mezcla, sorprendiendo a muchos.

Foto: Daniel García

"Ya cuento con más de 24 años vendiendo mis bebidas. Ha habido altos y bajos, pero aquí seguimos trabajando", comentó Caicedo.

Todos los días, desde las 4.00 am, Alejo se levanta para preparar sus populares bebidas, donde el ingrediente secreto es el amor que le dedica a su trabajo, en retribución al cariño de sus clientes que en su mayoría son vecinos, estudiantes y chóferes de tráfico que circulan en la avenida principal de la Fundación Mendoza.

Con un pañuelo debajo de su gorra y una manga larga sobre su chemise, Alejo se cubre del sol en horas del mediodía, momento en el que recibe a su clientela, quienes solicitan mayormente la chicha y la tizana. La chicha puede ir acompañada de canela, sirope de chocolate, leche condensada y toddy, mientras que la tizana es una autentica mezcla de frutas que al degustarla quedas con ganas de repetir de nuevo.

"Cuando las cosas se hacen con amor nace el éxito. Comenzamos con una bicicleta y nos actualizamos este año a una moto", añadió Caicedo.

Casos como el de Alejo es el ejemplo de hermandad que ha permanecido por años entre colombianos y venezolanos en nuestra ciudad, donde el trabajo es motivo de admiración, y el sol puede salir para todos.

Foto: Daniel García

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