La era digital ha transformado nuestras rutinas, brindándonos innumerables beneficios. Sin embargo, en el ámbito de la infancia, el uso desmedido de aparatos electrónicos requiere una atención especial.
El doctor Isaac Mosquera, especialista en Neurología, señaló que en la actualidad es muy común que los padres recurran a las pantallas (móviles, tabletas y TV), como una solución rápida para tranquilizar a los niños y niñas. Y aunque parezca funcionar al instante, es crucial ser conscientes de las consecuencias neurológicas que esto lleva a futuro.
Al usar la pantalla como método tranquilizante, el niño se expone a una sobrecarga de estímulos visuales y auditivos. Este mecanismo de distracción no solo sustituye la necesidad de gestionar el aburrimiento, sino que también entorpece el desarrollo de habilidades esenciales como el manejo de las emociones y la gestión del estrés. La dependencia puede ser tal que los niños manifiestan molestia o frustración cuando se les retira el dispositivo.

El uso excesivo de pantallas impacta negativamente en áreas fundamentales del desarrollo infantil:
Interacción Social: Dificulta el aprendizaje de las dinámicas sociales y la comunicación interpersonal.
Desarrollo del Lenguaje: Reduce las oportunidades de practicar la comunicación verbal activa.
Habilidades Cognitivas: Puede afectar la concentración, la creatividad y la capacidad de resolución de problemas.
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