Lo que debía ser una tarde de descanso para decenas de turistas se convirtió en una escena de terror y conmoción. A plena luz del día, en la turística Playa Blanca del corregimiento de Barú, un sicario asesinó a un hombre a sangre fría.
El homicidio se registró sobre las 5:30 de la tarde del sábado 19 de julio, en el sector de Punta Puntilla. La víctima fue identificada por las autoridades como Juan Carlos Pérez Cardales. Según algunos pobladores de la isla, el venezolano se ganaba la vida prestando servicios informales a turistas. En medio de la confusión inicial, algunos lo conocían con el alias de ‘Andrés’.
Según testimonios recogidos en el lugar, el atacante se aproximó a la víctima sin previo aviso y le disparó a corta distancia varias veces. El hombre cayó sin vida en la arena, ante la mirada horrorizada de bañistas, comerciantes y guías turísticos que se encontraban en la zona. El asesino logró huir minutos después, en lo que se presume fue un plan perfectamente orquestado.
Similares escenarios
Una de las hipótesis más fuertes que manejan las autoridades apunta a que el sicario habría llegado en una moto acuática, al igual que ocurrió en mayo de 2022 con el fiscal Pecci, asesinado por dos hombres que lo abordaron mientras disfrutaba de su luna de miel. Esta similitud ha encendido las alarmas por el uso reiterado de este tipo de transporte náutico para cometer crímenes en la costa cartagenera.
"Lo que sabemos hasta el momento es que hubo presencia de motos acuáticas antes y después del crimen. Estamos recopilando grabaciones de cámaras cercanas y testimonios para confirmar si ese fue el medio de llegada o escape del atacante", informó una fuente de la Policía a El Tiempo.
Una de las hipótesis que cobra fuerza, según información preliminar, es que el agresor podría haber llegado por vía marítima. Algunos testigos afirmaron que minutos antes del ataque, varias personas se movilizaban en motos acuáticas (waverunners) por las cercanías del lugar, lo que podría estar vinculado con la forma en que el sicario accedió o escapó del sitio.
Este nuevo hecho violento ha generado inquietud entre los habitantes y trabajadores del corregimiento de Barú, así como entre los operadores turísticos que insisten en la necesidad de mayor presencia policial permanente en sectores como Playa Blanca, especialmente durante los fines de semana y en temporada alta, cuando miles de turistas nacionales y extranjeros visitan la zona.
“Es muy preocupante que algo así ocurra frente a turistas, familias, niños. Aquí trabajamos duro para que la gente se sienta segura y esto ahuyenta a los visitantes”, expresó uno de los operadores turísticos del lugar, quien prefirió no dar su nombre por seguridad.
Tenía antecedentes
La inspección técnica al cadáver estuvo a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, que también apoya las labores de análisis del lugar de los hechos. Paralelamente, la Policía desplegó un operativo por tierra y mar para dar con el paradero del sicario.
Pérez Cardales no era ajeno a la justicia. Tenía dos anotaciones judiciales vigentes: una por homicidio, registrada en 2020, y otra por hurto, de 2025. Estos antecedentes abren la puerta a posibles móviles ligados a retaliaciones entre estructuras criminales o ajustes de cuentas personales.
El asesinato generó alarma entre los habitantes de Barú y los operadores turísticos, quienes desde hace años claman por mayor presencia de la Fuerza Pública. “Aquí todos trabajamos para que el turista venga, disfrute y se sienta seguro. Esto daña la imagen de la playa y nos deja vulnerables. No puede ser que maten a alguien así, frente a familias y niños”, manifestó un prestador de servicios turísticos que pidió reserva de su identidad por seguridad.
Noticia al Día / El Tiempo
