Es una experiencia que nadie quiere vivir. Despertar con una explosión que pudo acabar con vidas. Así ocurrió la sorpresiva explosión en la fabrica de fuegos artificiales en el municipio San Francisco.
Carmen Montilla es una de las voces dramáticas de este suceso. Montilla desde una camilla en el hospital general del Sur pudo conversar con él equipo reporteril de Noticia Al Día y en medio de su desesperación pudo relatar con profunda tristeza que su hijo le terminó su casita ayer y hoy no tiene hogar.

Ella explica que vio como se estaba incendiado algo y comenzó a dar gritos a la hija para decirle que se estaba quemando. "Todo pasó muy rápido cuando vimos las llamas y el estruendo, salimos volando por el impacto y de mi casa no quedó nada", indicó entre lágrimas.


Otra de las víctimas, Josefina Torres, de 63 años cuenta que se encontraba en su casa y que le tocó vivir una de esas noches frías y pesadas al no poder dormir, no pegó un ojo y paso la noche en vela. Aseguró que que muy temprano en la mañana vio humo saliendo de la empresa, comenzó a llamar a su hija y le dijo "corre que la fábrica se esta prendiendo en candela".

Cuando su hija iba a salir, se registró la explosión y presencio como cayó con el impacto. "Fue todo muy confuso, todos corrían por toda la granja iban a donde estaban las matas, con ellos se cubría la gente".

En medio de la tribulación, sintió el calor abrasador de las llamas. Un estruendo ensordecedor hizo que puertas y ventanas se reventarán y salieran disparadas, mientras el caos reinaba entre los habitantes del municipio sureño.
"Gracias a Dios, mis hijos están bien"
Franyeli Franco es una de tantas madres valientes de este país. Desde la emergencia del hospital Noriega Trigo relató que mientras fue al trabajo, dejó a su hijo de 12 años y a su bebé de 9 meses en casa. No les pasó nada y hoy da gracias a Dios por protegerlos.
Contó al equipo de Noticia Al Día que siempre escuchaban un golpe leve desde la fábrica, un ruido tan común que le era indiferente y ya estaban acostumbrados. "Como viene diciembre, no nos pareció raro que se escuchara algún ruido en la empresa", comentó con un poco de calma después del suceso.

Su hogar, a solo 200 metros de la fábrica, fue una de las más de 50 casas de su sector que resultaron afectadas. La destrucción era total, como si una "máquina aplastadora le hubiera pasado por encima", según sus propias palabras.

La primera explosión hizo que su hijo de 12 años saliera corriendo. Las vigas de la fábrica cayeron directamente sobre su casa. "A mi hijo lo ayudó un vecino, y luego se devolvieron para sacar a la niña", recordó, su voz temblando. "Fue muy desesperante. Gracias a Dios, mis hijos están bien", dijo, agradecida a pesar del horror.
Noticia al Día/Arelys Munda
Fotos: Xiomara Solano