El río Medellín, el afluente más importante que tiene el Valle de Aburrá, pues recorre los diez municipios que conforman la subregión, se convirtió en un botadero de cadáveres.
En lo que va del mes de noviembre ya van siete. El último cadáver hallado en el interior del afluente ocurrió este martes, cuando los habitantes del barrio La Gabriela, jurisdicción de Bello, norte del Valle de Aburrá, reportaron a las autoridades la presencia de un cuerpo flotando cerca de la Universidad Minutos de Dios.
Al sitio se desplazaron unidades del Cuerpo de Bomberos de Bello, quienes realizaron el rescate del cuerpo y dejaron a disposición de investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, quienes se encargaron de la inspección técnica.
El cuerpo de la víctima, un hombre de entre 25 y 30 años, presentaba heridas de arma blanca. Fue trasladado a Medicina Legal para su plena identificación, ya que no portaba documentos de identidad.
Mujer de nacionalidad venezolana
Durante el fin de semana, pero al sur del Valle de Aburrá, en el municipio de Caldas, la Policía y el Cuerpo de Bomberos del municipio recuperaron el cuerpo de una mujer que flotaba en el río y que presentaba heridas de arma blanca.
La víctima quedó identificada como Yurbelis Trujillo, venezolana, de 33 años y madre de cuatro niños, quien había sido vista con vida el viernes, 10 de noviembre, cuando se encontraba con un desconocido.
Su cuerpo fue localizado sobre las 2.00 de la tarde del sábado, 11 de noviembre, por vecinos del barrio La Inmaculada que dieron aviso a las autoridades.
Con estos últimos cadáveres, la cifra asciende a más de 30 en lo que va de este año.
Noticia al Día / El Tiempo