Sábado 01 de febrero de 2025
Al Dia

El sobreviviente (Fin): Volver  a nacer en muchas dimensiones

¿Podrías seguir este relato entendiendo la manera como se superponen los recuerdos de El sobreviviente y quien escribe?. ¿Podrías seguir…

El sobreviviente (Fin): Volver  a nacer en muchas dimensiones
El sobreviviente  (Fin): Volver  a nacer en muchas dimensiones
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

¿Podrías seguir este relato entendiendo la manera como se superponen los recuerdos de El sobreviviente y quien escribe?. ¿Podrías seguir esta historia con  la mente abierta a ese correr del tiempo torciendo el cuello de lo meramente cronológico para comprender, tal vez, sentimientos dispersos, dolores no curados, imágenes que se agolpan, destinos?

… dormía profundamente, tocan a la puerta.

–      Soy Eduardo, despertate, ocurrió una tragedia en el Puente. Se levanta alistándose de prisa. Los reporteros son como soldados ¡siempre listos!. Me ordenaron que fuéramos a la morgue para reseñar la llegada de los cuerpos, pero, vamos primero al sitio para que veas lo que ha pasado, lo arrecho que fue.

Iba para el amanecer. El Puente cerrado. Cuerpos cubiertos con sábanas cerca de las barandas. Lanchas, canoas de pescadores, una grúa acercándose. Abajo, los cuerpos de mujeres wayúu con sus mantas multicolores, parecen mariposas flotando.

Lee también: El sobreviviente (1): Hace 32 años un expreso cayó al lago

El sobreviviente ha braceado y pataleado desde el fondo, como unos 18 metros, oscuridad, frío. Ha contenido la respiración, suplicado a Dios por su vida, logra llegar a la superficie, desorientado, retirado del puente, oye gritos, ve luces, nada con las fuerzas que le quedan, encuentra el caucho, se sujeta con un brazo, de lado impulsa, encuentra una tablita, la usa como remo, siente que aún tiene en su bolsillo la cartera, Jorge Romero, un joven karateca se acerca y apoya del neumático.

–      Lo peor ha pasado, dice El sobreviviente,  nademos hacia allá – señala donde hay luces, cerca del puente – ahí nos ven y nos rescatan.

La morgue

En horas de la madrugada a la morgue habían ingresado ocho cadáveres. Había familiares de los pasajeros agolpados. “Que no esté aquí, Diosito”, se oía decir. Una camioneta furgoneta Ford de la Unidad Especial de la Policía llega, pasa de largo, sigue hasta la cerca de la Maternidad, cuadra para volver en retroceso, queda justo a la entrada.

Los curiosos se asoman. El reportero queda impactado. El cadáver de una mujer tiene el pantalón manchado de sangre por la entrepierna.

–      ¿Y eso? ¿Se cortó con algún hierro?, pregunta.

–      No, eso es un aborto, licenciado, estaba embarazada, dice.

Para las 11.00 am, tres furgonetas habían descargado cuerpos en la morgue. Aquello era llanto y dolor infinito. Entre los fallecidos había un bebé recién nacido de nombre Carlos Puche.

El sobreviviente y Jorge Luis Romero ven caer las cuerdas. Llegó la hora de su rescate. La pesadilla terminaba.

¿Causas?

Panorama informa en la edición del lunes 8 de abril de 1991 que las causas de la tragedia habían sido mecánicas. La barra estabilizadora del tren delantero había cedido, los cauchos giraron a la izquierda, Pedro Rafael Mendoza Zabala, no pudo controlar la unidad que arremete contra la baranda de la isla central y la del canal contrario, su cuerpo fue hallado el domingo cerca de la Pila 58.

Razones para vivir

Queda claro que José López tiene un plan de vida. El milagro de contarse entre los 10 sobrevivientes esa noche tenebrosa.

Aferrado a un caucho con un muchacho – casi un niño- Jorge Luis, encontrar el pedazo de madera, animar al chico destacando que lo peor había pasado. Toparse con la cuerda. Decir con aquella compasión y solidaridad:

– Sube primero, después voy yo. Nos presenta un hombre de nobleza mayúscula, libre de egoísmo.

Para escribir estas líneas he recordado aquella madrugada cuando, Eduardo Semprún (QED),  me despertó. Las imágenes conmovedoras de las “guajiras muertas flotando en el lago”.

He escuchado 90 minutos de narración pausada de José López, he aprendido a estimarle, a valorarle como un ser humano especial.

Sin duda, la vida tiene reservado para él tantas cosas, sin embargo, una reflexión me rondaba: “si José López no sobrevive, María Milagros  y Ana Milagros no estuvieran aquí, debía vivir para que ellas nacieran, entonces, ¿qué planes tiene la vida, Dios, el Universo para ellas? ¡Cuan importante es su existencia!.

Gracias por seguir esta historia.

Josué Carrillo

Agradecimiento:  A mis amigos de la Hemeroteca Eduardo López Rivas de la Biblioteca Pública del Estado María Calcaño: José Ángel Fernández, Nelly Valbuena, a José López Linares (nuestro querido, Jololo) El sobreviviente y a los amigos que han paseado por Instagram y si han entendido, si han comprendido al peor escritor del mundo, al más malo de los reporteros, pero, también el más feliz.

Recomendación:  Saquen tiempo y escuchen todos estos audios. En alguno de ellos habrán de encontrar un mensaje que llenará de esperanzas su alma.

Noticias Relacionadas