Adriana Carolina Mendoza Nava (22) quería graduarse de odontóloga y formar una familia a futuro. Era natural de El Venado, donde fueron sepultados sus restos. Su madre, Audy Nava, llegó desde Panamá para asistir al sepelio de su hija mayor
El sueño más frecuente en la vida de Adriana Mendoza era graduarse de odontóloga. Tenía casi dos años residenciada en Maracaibo, trabajando muy duro para poder costearse sus estudios académicos y lograr su meta profesional, pero durante la madrugada del pasado 1ro. de enero murió en un absurdo accidente de tránsito registrado en la Circunvalación 1.
Las personas que integraban su círculo de amistades más cercanas aún no salen del desconcierto que ha generado su repentina muerte, a tan solo 22 años de edad. Aseguran consternados que Adriana era una joven entusiasta, de actitud positiva, sin vicios, apegada a su familia, que merecía vivir y disfrutar su vida con toda plenitud. Resaltan con indignación que ella nunca debió morir en esa tragedia.
Adriana Carolina Mendoza Nava nació en 2001 en el seno de una familia de escasos recursos económicos establecida en la calle Socorro del sector 1ro. de Mayo de El Venado, municipio Baralt del estado Zulia. Su padre murió cuando era una niña, y su madre, Audy Nava, se encargó de ella hasta su mayoría de edad. El pasado 2 de enero regresó de Panamá, donde actualmente reside y trabaja, para asistir al sepelio de su hija.
Cuando Adriana terminó sus estudios de bachillerato y cumplió 18 años, comenzó a viajar quincenalmente a Maracaibo para encargarse de los cuidados físicos de un paciente oncológico, pariente de uno de sus familiares. El domicilio donde comenzó a trabajar funcionaba como residencia estudiantil y allí conoció a Ivanna Luengo, una joven estudiante de la Urbe, quien de inmediato le brindó su amistad.
Ambas se conectaron rápidamente y se convirtieron en grandes amigas. Entre tantas conversaciones que tuvieron, Adriana siempre le comentó a su nueva amiga sobre el deseo que tenía de radicarse en Maracaibo para seguir trabajando, poder estudiar, graduarse en la universidad y formar una familia a futuro.
Al fallecer la persona que Adriana tenía meses cuidando, a finales de 2021, dejó de viajar a la capital zuliana, pues ya no tenía trabajo ni donde quedarse. Tampoco tenía teléfono celular y para comunicarse con Ivanna Luengo y otras dos amigas utilizaba Instagram. Fue así como recibió la invitación de irse a Maracaibo para que pudiera cumplir sus metas.
A mediados de 2022 comenzó a vivir en una residencia situada muy cerca de la avenida Fuerzas Armadas en la zona norte de la ciudad, pero a los seis meses las cuatro amigas se mudaron para un apartamento en el edificio Vista Real, ubicado al final de la calle 77 (5 de Julio), con avenida 2 (El Milagro”, que con el tiempo se convirtió en su hogar.
Feliz, trabajadora y de corazón noble
Su amiga, Ivanna Luengo, la describió en una entrevista exclusiva para Noticia al Día como una persona de espíritu feliz, emprendedora, organizada y de corazón noble, que no necesitaba de grandes cosas a su alrededor para sentirse y pasarla bien con sus seres queridos. Asegura que sabía afrontar con mucha madurez cualquier problema que se le presentara. Adriana fue su compañera de habitación en la nueva residencia.
“Adri era una persona feliz y encantadora. De las cuatro, ella era la más positiva ante cualquier adversidad. Era feliz con lo que tenía y no necesitaba mucho para estar bien. De lo malo siempre sacaba algo bueno. Ella salió de su pueblo El Venado para conseguir un mejor futuro en Maracaibo y le costó mucho llegar a tener la estabilidad que finalmente encontró con nosotras. Ella sentía que ya se estaba superando”, dijo.
También indicó que Adriana llegó a trabajar como mesera en varios cafés de la ciudad, pero que últimamente desempeñaba un cargo de cajera en un reconocido hotel situado muy cerca su residencia en El Milagro. Destacó que como cualquier chica de su edad, le gustaba salir para divertirse con sus amigos, ir a parques o al gimnasio.
“A Adriana le gustaba cantar, ver películas y tomarse fotos. Era la más ordenada en el apartamento y siempre, cada vez que podía, nos cocinaba. Atendía y les daba amor a nuestras mascotas como si fueran de ella. No será fácil para mi superar todo lo que ha pasado y recordar nuestras experiencias juntas”, alegó con nostalgia.
Gracias a sus amigas conoció a Luis Chávez, el joven que ella aceptó como su novio y con quien celebró su último cumpleaños el pasado 17 de octubre. Ivanna recuerda que luego de cuatro meses de noviazgo, Adriana quería formalizar su relación sentimental y a corto plazo iniciar sus estudios de odontología en la Universidad del Zulia.
“Ella nunca dejó sus deseos de superación de lado, siempre estuvo enfocada en lo que quería y Luis la estaba apoyando en todo porque Adriana no tenía ningún familiar de sangre en Maracaibo, solo nos tenía a nosotras, sus tres amigas, que con el tiempo y las vivencias nos volvimos como su pequeña familia”, destacó.
Sus últimas horas
Adriana Mendoza cumplió con su jornada laboral el pasado 31 de diciembre y luego su novio, Luis Chávez, a bordo un vehículo marca Nissan, modelo Sentra, la llevó para su residencia en el edificio Vista Real. Como tenía que trabajar a las 7 de la mañana del 1ro. de enero, decidió pasar la noche vieja con la familia de su novio y postergar su viaje a El Venado para la segunda semana del 2024.
Tras el abrazo de Feliz Año, Adriana, su novio Luis y la hermana de este, Luisana Chávez, se fueron en el vehículo Nissan a la urbanización Altos de Maracaibo, donde se reunieron con varios amigos. En el trayecto, la bella joven grabó un corto video en el que sale cantando una canción del grupo Rawayana y que envió a varias de sus amistades. Poco después se viralizó.
“Las últimas fotos que Adriana se tomó fueron en la casa del mejor amigo de Luis. Allí se retrató con todos los presentes y en especial con Luis. Estaba muy linda, con poco maquillaje porque casi no necesitaba usarlo, vestida con una blusita anaranjada y una falda negra. Conservo uno de los aretes que llevaba puesto ese día”, agregó.
Pasadas las cinco de la mañana, Adriana, su cuñada y su novio deciden irse y toman como ruta la Circunvalación 1 para llegar hasta el sector 1ro. de Mayo, donde residen los padres de Luis Chávez. Ninguno de los tres estaba bajo los efectos del alcohol. Luis manejaba, ella estaba a su lado en el asiento del copiloto y Luisana en la parte trasera del Nissan. En el camino, nunca se imaginó que la fatalidad segara su vida tan de repente, sin que pudiera haber cumplido ni la mitad de sus proyectos personales.
A toda velocidad y en sentido contrario por el canal sur-norte de la referida arteria vial, el conductor de una pequeña camioneta gris marca Renault, identificado como Guillermo Martínez, colisionó de frente el Nissan Sentra y Adriana Mendoza murió en el acto.
El impacto generó que el vehículo se volcara y quedara completamente irreconocible, con las ruedas hacia arriba. Segundos después la parte frontal donde su ubica el motor comenzó a incendiarse pero los socorristas extinguieron las llamas y no explotó.
“Hay un video que fue grabado por unas personas que iban en un carro del otro lado de la via donde se ve la camioneta a toda velocidad, en sentido contrario de como tenía de desplazarse por el canal rápido. Esto es algo tan terrible, en donde la realidad superó a la ficción”, comentó Ivanna Luengo.
Luis y su hermana quedaron gravemente heridos y lograron salir del carro con la ayuda de varios testigos de la tragedia. El cuerpo inerte de Adriana fue colocado sobre la carretera hasta que las autoridades que se presentaron en el sitio lo trasladaron al hospital Universitario de Maracaibo, donde los médicos de guardia la declararon fallecida.
Allí también ingresó Luis Chavez y su hermana Luisana, quienes permanecen delicados de salud. Guillermo Martínez y su acompañante también sufrieron los embates del fatídico choque. Un video publicado y viralizado en las redes sociales muestra la cabeza ensangrentada de uno de los heridos sobresaliendo de la camioneta.
El alcalde de la ciudad, Rafael Ramírez, se pronunció horas después para expresar sus condolencias a la familia de Adriana Mendoza e informó que los dos conductores involucrados fueron hospitalizados y puestos bajo custodia policial, hasta que los organismos de seguridad correspondientes coordinen los respectivos procedimientos legales.
En vista de que no había en Maracaibo familiares de la infortunada joven que reclamaran el cuerpo, el personal administrativo del hotel donde trabajaba Adriana Carolina Mendoza Nava se encargó de manera responsable de cubrir los primeros gastos fúnebres y del traslado de sus restos a El Venado.
Ivanna Luengo fue una de las personas que estuvo presente en casi todo el proceso pre funerario y fue quien maquilló el rostro de Adriana antes que fuera puesta dentro del féretro. Detalló con mucha tristeza y desconsuelo, que viajó junto al resto de sus compañeras de residencia a El Venado para acompañar a su mejor amiga hasta el último momento y decirle adiós .
Sepelio
El acto velatorio fue realizado en la que fue su casa materna y el pasado 3 de enero sus restos mortales fueron sepultados en el cementerio municipal del referido poblado, donde sus familiares más cercanos protagonizaron desgarrantes escenas de llanto, dolor y desesperación. Asimismo, muchas personas que la vieron crecer también se dieron cita en el camposanto para despedir a la bella joven.
El dantesco accidente y sus consecuencias desató una indignación colectiva en la entidad zuliana que se propagó a través de las redes sociales, en las cuales el hecho fue repudiado por miles de usuarios. Luis Chávez se recupera poco a poco en la sala de hospitalzación del HUM y este lunes será sometido a una intervención quirúrgica en uno de sus tobillos.
Su hermana Luisana, estando recluida en la unidad de cuidados intensivos, presentó una hemorragia interna y tuvo que ser operada de emergencia pero ya está fuera de peligro. Ambos continuarán bajo estrictos cuidados médicos. Sus padres colocarán la denuncia sobre lo ocurrido durante el transcurso de esta semana ante las autoridades competentes.
La familia de Adriana Carolina Mendoza Nava y sus amistades más cercanas exigen de manera categórica un proceso de investigación que determine las razones por las cuales Guillermo Martínez decidió manejar en contravía en una de las carreteras más rápidas de la ciudad. Esperan que no haya trabas o retardos en las averiguaciones y que sobre el responsable de la tragedia recaiga todo el peso de la ley.
José Gregorio Flores / Noticia al Día