Sábado 06 de diciembre de 2025
Al Dia

"No esperéis que truene para acordarte de Santa Bárbara”: La verdadera historia de la mártir que sobrevivió al cautiverio

El 4 de diciembre, la Iglesia Católica conmemora a Santa Bárbara, una de las Santas Auxiliadoras. La nota detalla la vida de esta joven del siglo III-IV en la antigua Roma (actual Turquía), su firme conversión al cristianismo a pesar del cautiverio impuesto por su propio padre, el sátrapa Dióscoro, y el impactante relato de su martirio y la justicia divina que cayó sobre su verdugo.

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La Devoción Inquebrantable de Bárbara

Cada 4 de diciembre, la Iglesia Católica recuerda a Santa Bárbara, una joven convertida al cristianismo que vivió entre los siglos III y IV. Su historia es un testimonio de fe inquebrantable, ya que murió a manos de su propio padre a causa del amor que profesaba al Señor. Bárbara nació en Nicomedia, una antigua provincia del Imperio romano ubicada en la actual Turquía.


Santa Bárbara de Nicomedia forma parte del grupo de los llamados Santos Auxiliadores (a quienes es posible invocar en momentos de dificultad o peligro).

El cautiverio y la resistencia

De acuerdo con una antigua tradición, la fe de Santa Bárbara fue una afrenta para su padre, Dióscoro, un ‘sátrapa’ (gobernador de una provincia de Persia) con gran poder. Con el propósito de apartarla de la influencia de los cristianos, Dióscoro la puso en cautiverio. Además, hizo que maestros de filosofía y poesía la visitaran en su celda periódicamente para asegurarse de que la joven se convenciera de su supuesto error y rechazara la fe en Cristo.
Sin embargo, para frustración de su padre, Bárbara no solo no fue persuadida de semejante despropósito, sino que desobedeció la orden de casarse y se declaró públicamente cristiana, algo que el gobernador consideró como la peor de las afrentas.

El martirio y el rayo vengador

Presa de la furia por la desobediencia de su hija, Dióscoro ordenó martirizarla. La santa fue atada al ‘potro’ (antiguo y difundido mecanismo de tortura) y flagelada. Bárbara logró sobrevivir a estos indecibles maltratos, quedando al borde de la muerte, con el cuerpo destrozado.

Lejos de sentir compasión, su padre ordenó que fuera presentada ante el juez, quien determinó para ella la pena capital inmediata.

El lugar escogido para la ejecución fue la cima de una montaña cercana, y el verdugo, ‘por derecho’, sería el propio Dióscoro. A pesar de caer una intensa lluvia, los involucrados en la ejecución no se detuvieron y tomaron dirección hacia el monte. Ahí, ni bien Dióscoro asestó el brutal golpe de sable que arrancó la cabeza de su hija, un relámpago le cayó encima y lo fulminó. Este evento es la razón por la cual Santa Bárbara es invocada como protectora contra rayos y tormentas.

Hannabelle Urdaneta
Noticia al Día

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