Jueves 08 de mayo de 2025
Al Dia

Maracaibo Jazz Fest comenzó con una gran noticia: Existe una potente nueva generación de músicos extraordinarios

El evento en su primera edición que se lleva a cabo en el Teatro Baralt termina la tarde de este jueves 8 de mayo

Maracaibo Jazz Fest comenzó con una gran noticia: Existe una potente nueva generación de músicos extraordinarios
Michael Avariano: el jazz en Maracaibo tiene futuro. Foto Jadelin Terán
Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Imposible no pensar, con harto entusiasmo, en el presente artístico de la capital zuliana: Esta gloriosa camada de músicos inteligentes, sensibles y comprometidos con su arte como oficio, inició esta noche de miércoles 7 de mayo, la primera edición del Festival de Jazz de Maracaibo, organizado por Los Pachín Brothers para la Compañía Jazz Baralt. Gran nivel.

Descritos, un sonido con impecable sonoridad. Foto: Jadelin Terán

Esta tarde de jueves, 8 de mayo, concluirá la fiesta del jazz, en el Teatro Baralt, donde desde ayer, temprano, un panel de excelentes oficiantes del género musical, músicos, críticos, cronistas y productores brindó una suerte de “jam” sobre esta historia que también guarda una íntima conexión con aquel país petrolero del siglo veinte.

Han transcurrido 25 años del siglo 21 y así, undostrés, a partir de estas sendas noches de jazz superior, bien tocado y mejor atemperado, uno termina convencido que estamos ante una inminente, rica y fervorosa etapa de transición suprema. Vamos muy bien, en buena música.

Mi bienamada Gente de la Mañana, Adriana Boscán y Carlos Bracho son los espléndidos anfitriones de las dos veladas. Ellos recordaban ese origen del jazz, tanto en la insólita Costa Oriental del Lago, a nivel de nuestra polirítmica aldea, como en Nueva Orleans, Luisiana, desde donde insurge el primer estallido de la síncopa. Mientras ellos hacen la referencia imagino estar a orillas del río Mississippi, escuchando las palabras de un lugareño de lujo, el multimaestro Wynton Marsalis, brindándonos unos tragos de bourbon, mientras nos recuerda sus creencias fundamentales, basadas en los principios del jazz: “libertad y creatividad individual (improvisación), acción colectiva y buenos modales (swing), así como aceptación, gratitud y resiliencia (blues)”. Marsalis cree que “la música tiene el poder de mejorar nuestra calidad de vida y conducirnos a niveles de consciencia tanto superiores como inferiores. Sostiene que su influencia puede mejorar la calidad de la interacción humana en individuos, redes sociales e instituciones culturales de todo el mundo”. Créanme: Yo le creo.

Vuelo infinito ofreció esta singular experiencia musical. Foto: Jadelin Terán

Como también creo, muchísimo, en estas cuatro bandas. Los anfitriones iniciaron la sesión inaugural presentando a los briosos intérpretes que integran Descritos. Un nombre que devela una música que oscila entre el rock y el jazzrock, con el toque conferido por Samuel Zárraga (Voz y bajo); Robert Luzardo (Guitarra) y Antonio Piña (Batería). Descritos se formó hace ocho años. “Con presentaciones locales donde fuimos mostrando el trabajo propio en las instalaciones del Lía Bermúdez; Miña Nai, Bibas, y Big manhattan, con buena aceptación. Luego hubo una pausa por la pandemia pero ahora retomamos para poder seguir mostrando nuestro proyecto. Paseando por varios géneros como funk, bossa nova, blues, reggae, rock…”.

Luego tocaron, plenos de humor y desenfado magistral en su desempeño, los tres muchachos de la exquisita banda Vuelo 432, que brindó un sorprendente rítmico y sensorial viaje jazzístico. Hans Fuentes, en los teclados y la interacción con la audiencia; La sostenida intensa percusión de David Ballesteros, más la contagiante buena vibra del bajista, Carlos Font. Lo de ellos es “contar historias a través de interpretaciones llenas de compases de amalgama y armonías contemporáneas”. Proclaman una libertad plena para acrisolar funk, rock, jazz progresivo, música afro caribeña, etcétera…

Entonces asumieron el testigo, con clase y categoría de buenos músicos, The Broducers. Ellos no dudan en mezclar con lenguaje propio géneros main stream con funk, jazz, rock progresivo entre otros. Su propuesta “combina líneas melódicas de guitarra y bajo con ritmos contundentes, creando paisajes sonoros envolventes que transportan al oyente a dimensiones musicales donde el tiempo se detiene. Su estilo aparece influenciado por la cultura rock y la energía desbordante de un estudio de grabación, The Broducers han logrado comunicar en sus redes sociales el trabajo que disfrutan hacer, su habilidad para combinar elementos esenciales de la música comercial con la complejidad del rock progresivo, funk y jazz, lo que les mantiene ocupados en la búsqueda de un sonido distintivo que destaque por su originalidad y creatividad”.

El jazz en Maracaibo tiene ese sonido de síncopa única. Foto: Jadelin Terán

Luego de un receso para animar al entusiasmado público a refrescarse e interactuar con los entes patrocinantes de este Primer Festival de Jazz Maracaibo, en el Teatro Baralt, correspondió el cierre a unos extraordinarios muchachos músicos, capitaneados por el versátil bajista Michael Avariano, quien dedicó a su hermosa abuela esta regia presentación de su proyecto musical, Avariano, que “fusiona jazz, funk y ritmos tradicionales venezolanos, como el joropo, la onda nueva y la gaita, a través de composiciones originales llenas de ritmo, texturas contemporáneas y libertad creativa. El notable compositor y licenciado en música, también es docente en la academia World Music y todo un bajista profesional. Michael ha reunido a un grupo de músicos excepcionales para crear una propuesta fresca y auténtica, que celebra la tradición venezolana mientras se conecta con las tendencias más modernas del jazz y la música global”.
Junto con él, el escenario fue incendiado por la juventud y talento afinadísimo de sus compañeros: el postadolescente Tony Banfi, en la batería; Hugo Matos, en las congas; Medardo Carmona en las maracas; Emmanuel Gil, en el cuatro; Gauder Montiel, en la guitarra; Paula Valbuena, en los teclados; Carlos Peña, en el violín; Rafael Chacín, en el saxofón; José Rivera, en la trompeta y Cristhian González, en el trombon…”.

La voz de Adriana arrulla: “En su repertorio, destacan composiciones como “Funkytasty”, una pieza que fusiona el funk con ritmos experimentales; “Onda Funky”, que mezcla la esencia de la onda nueva con grooves modernos y pegajosos
y “Guasacak”, una composición que resalta los ritmos venezolanos y fue parte de una destacada presentación en el Festival Latinoamericano Yamaha. Igual les presentamos “Aidas Funk”, una pieza original que combina funk con elementos progresivos y compases irregulares…”. Esta fue la noche del miércoles. La de hoy, jueves 8 (seis pm en el Teatro Baralt) promete ser un cordón dorado.

Junto con Gregorio Montiel Cupello hemos compartido amplias ideas sobre la importancia y trascendencia de este evento musical hecho en casa. Imaginemos a Marsalis, con su trompeta bajo el brazo, entrando a Palmarejo para recordar tres ideas suyas:

“El jazz es democracia en acción"; "El bien más preciado de esta música es tu propio sonido único", y "El jazz te obliga a comunicarte con tus vecinos". Vengan esta noche al Baralt y comprenderán por donde afinca el compás. Y dice: ¡Salud! Nos veremos esta noche de jueves en el Baralt.

Lee también: El Teatro Baralt y Noticia Al Día unen propósitos por la Cultura zuliana

Alexis Blanco/Noticia a Día

Imágenes de Jadelin Terán

Noticias Relacionadas