El secretario de estado de EE.UU, Marco Rubio, se reunió con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Jerusalén al comienzo de una gira regional, en la que probablemente se enfrentará al rechazo de los líderes árabes por la propuesta del presidente Donald Trump de trasladar a la población palestina fuera de la Franja de Gaza y reconstruirla bajo propiedad estadounidense.
Netanyahu acogió con satisfacción el plan y señaló que él y Trump tienen una "estrategia común" para el futuro del enclave palestino. Haciéndose eco de Trump, dijo que "las puertas del infierno se abrirían" si Hamás no libera a las decenas de rehenes restantes secuestrados en su ataque del 7 de octubre de 2023, el cual desencadenó el conflicto.
Sus comentarios se producen apenas dos semanas antes de que finalice la primera fase del cese al fuego. La segunda fase, en la que Hamás liberará a decenas de rehenes a cambio de más prisioneros palestinos, una tregua duradera y la retirada de las fuerzas israelíes, aún está por negociarse.
Rubio dijo que Hamás "no puede continuar como una fuerza militar o gubernamental". "Mientras siga siendo una fuerza que puede gobernar o como una fuerza que puede administrar o como una fuerza que puede amenazar mediante el uso de la violencia, la paz se vuelve imposible", aseguró Rubio. "Debe ser eliminado".
Estas declaraciones podrían complicar los esfuerzos para continuar las conversaciones con el grupo terrorista palestino, que a pesar de sufrir fuertes pérdidas en el conflicto, sigue intacto y en control de Gaza.
Mientras tanto, el ejército israelí dijo que llevó a cabo un ataque aéreo este domingo contra personas que se acercaron a sus fuerzas en el sur de Gaza. El Ministerio del Interior del enclave, dirigido por Hamás, precisó que tres policías palestinos murieron mientras aseguraban la entrada de camiones de ayuda cerca de Rafah, en la frontera con Egipto.
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DW
