En Caño Sawa, la playa más cercana del pueblo de Paraguaipoa, una de los balnearios más visitadas en la Guajira venezolana, en temporada baja es el lugar donde un grupo de mujeres se unen a los pescadores de la comunidad que hacen allí sus faenas diarias.
Se trata de un grupo de nueve mujeres quienes a diario saludan y atienden a los pescadores que bajan de alta mar en las mañana y los reciben con café caliente y les brindan un espacio bajo la sombra de la enramada.
Allí, ellas aprovechan la riqueza del mar, hacen el trabajo de la pesca, el camarón, y otros tipos de especies para sustentarse y generar economía propia y para la comunidad.
Están en el lugar desde tempranas horas y esperan las lanchas de los pescadores, les compran el pescado, no solo para el sustento de la casa, sino también para la venta.
Compran de 70 a 500 kilos de pescado y lo llevan al mercado de Maicao, Colombia, para hacer el comercio binacional.
“Nosotros venimos aquí a la playa a comprar pescado, lo hacemos para la venta y para la comida. Aquí pasamos todas las mañanas. Hoy me llevo 70 kilos de pescado y con esto me voy a Maicao, y dejo en la casa para el almuerzo, de los pescadores comemos. Gracias a ellos tenemos cómo vivir, la orilla de la playa es nuestro sustento para todos nosotras”, así lo relató Eglis, de la comunidad de Mariche.
Se trata de un modelo de sustento donde aprovechan el mar como una alternativa de emprendimiento y de libertad plena, indica un reportaje de Fe y Alegría Noticias.
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Noticia a Día/Con información de Fe y Alegría/ByN