En Bella Vista, a la entrada del populoso sector de Santa Lucía, está la plaza Páez de Maracaibo, más conocida como La Placita Páez. Con su busto y esculturas de animales propios de la fauna regional como caimanes y un enorme oso. Muchos también la conocen como La plaza del oso, que está al margen izquierdo de una pequeña concha con plataforma para teatros y retretas.
En esta visita se observa que está un poco desatendida y pide a gritos limpieza y una remodelación.
Según la IA Geminis: "La historia de la Plaza Páez en Maracaibo está ligada al General José Antonio Páez, una figura clave en la independencia y la historia de Venezuela. Aunque la información disponible es un tanto fragmentada y a veces se confunde con otras plazas del mismo nombre en el país, aquí te presento un resumen de su historia:
Función social: Como muchas plazas en Maracaibo, la Plaza Páez ha sido un espacio de encuentro y recreación para los ciudadanos. A lo largo del tiempo, ha sido un lugar donde se han manifestado diversas realidades sociales.
Dedicación y Origen: La plaza está dedicada a José Antonio Páez, conocido como "El Centauro de los Llanos", quien fue un destacado prócer de la independencia y el primer presidente de Venezuela tras la separación de la Gran Colombia.
Construcción e Inauguración: La construcción de la plaza en Maracaibo se remonta a 1937. A diferencia de otras plazas de Maracaibo con orígenes más antiguos, esta es una adición del siglo XX al paisaje urbano de la ciudad.
Elementos distintivos: Se sabe que la plaza cuenta con una estatua de José Antonio Páez. Además de esta efigie, la plaza se caracteriza por tener esculturas de animales, como osos y caimanes, que representan la fauna del estado Zulia. Por esta razón, también es conocida popularmente como la "Plaza del Oso". El monumento principal de la plaza tiene grabados que representan batallas en las que participó Páez durante la Guerra de Independencia.
La placa tiene esta inscripción:
A PAEZ
Mas no mientes ni bardo ni gigante, para hacer perdurable tu memoria, que allí están en los fastos de la historia la mata de luchas y de combate.
Ni el placer ni la ira es un latido
ni las quiebras del grito es una gloria.
Tan solo en el dolor de la victoria, está tu recuerdo bien grabado.
Sabor de los machetes, que tu acero exprima, que al fragor del combate,
tu fama quedará para la historia ni el bronce es un sarcófago o un lecho, ni las piedras son los sepulcros
por el pueblo que te hizo, te ha grabado en la eternidad del gran recuerdo.
ADALBERTO COLLEONI
Con recursos de internet.
JC