Jueves 23 de enero de 2025
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El palabrero y el arreglo wayúu: Guardianes de paz

En las tierras de la Guajira, preservan una tradición ancestral que resalta el poder del diálogo y la reconciliación. Esta figura emblemática actúa como mediador en conflictos para restablecer la paz y la armonía comunitaria. Se evitan enfrentamientos y se fortalecen los lazos sociales. Reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, son un ejemplo vivo de sabiduría y justicia indígena

Por Pasante1

El palabrero y el arreglo wayúu: Guardianes de paz
Foto: Semana.com Colombia
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En las vastas tierras de la Guajira, en la frontera entre Colombia y Venezuela, habita un pueblo con una rica herencia cultural: los Wayúu. Entre sus tradiciones milenarias destaca una figura emblemática y esencial para la convivencia y la paz: el palabrero o “pütchipü”.

El palabrero es más que un simple mediador; es un sabio cuya autoridad moral y destreza en el uso de la palabra son fundamentales para resolver conflictos. En una comunidad donde el honor y la palabra empeñada tienen un valor incalculable, este representante se encarga de negociar y buscar acuerdos ante disputas que podrían escalar en violencia. Su objetivo principal es restablecer la armonía a través del diálogo y la compensación simbólica, mediante una práctica conocida como “arreglo”.

El arreglo es un complejo proceso de negociación en el que se establece una reparación justa para la parte afectada, ya sea mediante bienes materiales, como ganado o dinero, o a través de rituales y ceremonias que restauran el equilibrio social. Este sistema no solo previene el enfrentamiento directo, sino que también fortalece los lazos comunitarios y asegura la perpetuación de la paz.

Limber Durán, palabrero de las familias Epiayu, Durán, Leal, Pineda y Palmar, explicó a Noticia al Día que «a este procedimiento se le denomina arreglo entre castas y consiste en evitar que la disputa se extienda. Intentamos, a toda costa, resolver el incidente por las buenas; si no se puede, nos vemos obligados a buscar otras alternativas».

Foto: Rosell Oberto

Durán detalló que el palabrero utiliza todos los recursos a su alcance para llegar a un acuerdo mutuo entre ambos grupos, con la finalidad de impedir que el problema se convierta en una “guerra de sangre” entre las partes implicadas. Además, señaló que esta práctica se aplica en la Guajira, la Alta Guajira y en todo el territorio nacional de Venezuela, aunque, dependiendo del lugar, se ejecuta de forma distinta.

En un mundo donde los conflictos y las diferencias parecen ser la norma, la figura del palabrero y el arreglo Wayúu ofrecen una lección invaluable sobre el poder del diálogo y la reconciliación. La capacidad de transformar las palabras en puentes de entendimiento y de sanar las heridas a través del acuerdo mutuo es una muestra de la sabiduría ancestral que poseen estos representantes, lo que los convierte en un elemento central en la administración de justicia de esta civilización indígena.

En este sentido, el palabrero sigue siendo un símbolo viviente de la paz y la justicia, un recordatorio de que en la palabra bien empleada reside la fuerza para mantener la cohesión social y la armonía en la comunidad indígena.

Cabe recordar que los palabreros Wayúu y el sistema normativo Wayúu son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Rosell Oberto/Pasante

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