Viernes 19 de septiembre de 2025
Opinión

Quien pide intervención extranjera renuncia a ser venezolano (Por: Abg. Juan Pablo Montiel Almeida)

No es un gesto de justicia, sino un acto de traición y una afrenta contra la dignidad nacional.

Quien pide intervención extranjera renuncia a ser venezolano (Por: Abg. Juan Pablo Montiel Almeida)
Quien pide intervención extranjera renuncia a ser venezolano
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Un venezolano no puede llamarse tal si, en lugar de defender lo nuestro, pide que otros decidan el rumbo de la patria. La independencia que nos dio República fue obra de sacrificio, de sangre derramada, de generaciones enteras que no dudaron en entregar la vida por la soberanía. Esa herencia no se negocia, y mucho menos se entrega a manos ajenas.

La Constitución lo dice con claridad: Venezuela es irrevocablemente libre e independiente (art. 1), la soberanía reside en el pueblo (art. 5) y su defensa es deber de todos (art. 130). Pedir intervención extranjera es desconocer ese mandato. No es un gesto de justicia, sino un acto de traición y una afrenta contra la dignidad nacional. El propio derecho internacional, en la Carta de la ONU, reafirma el principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados.

Quienes claman porque potencias foráneas decidan sobre Venezuela no lo hacen por amor a la nación. Detrás de ese discurso no hay nobleza ni sentido de justicia, sino simple ambición de poder. La historia es clara: nunca la injerencia extranjera ha tenido como norte el bienestar de los pueblos, y Venezuela no será la excepción.

El respeto a las instituciones es condición indispensable para que exista República. Sin ellas solo hay vacío y sometimiento. El pueblo no quiere anarquía, lo que exige es que esas instituciones cumplan con su papel, que actúen con independencia y se mantengan al servicio de la sociedad. Esa es la tarea: fortalecer lo nuestro, no entregar la Patria.

En definitiva, pedir intervención extranjera es renunciar a ser venezolano. La independencia no fue solo expulsar a un poder colonial, sino demostrar que tenemos la capacidad de gobernarnos a nosotros mismos. Ese mandato sigue vigente: o Venezuela se salva a sí misma, o no será salvada jamás.

Abg. Juan Pablo Montiel Almeida

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