El 19 de enero de 1799, el Subteniente Simón Bolívar, partió desde la Guaira con destino a Madrid, en viaje de estudios, a bordo del navío de Guerra “San Ildefonso”; era su primer viaje a Europa. Se casó en Madrid el 26 de mayo de 1802, con la sobrina del Marqués del Toro, María Teresa Rodriguez del Toro.
Ese mismo día, parte hacia La Coruña en luna de miel, para el sitio de Peñarredonda. A mediados de junio, abordan el buque que los transporta a la Guaira, el 12 de julio. El 16 de diciembre de 1802, Bolívar aparece en la lista de ascensos al grado de Teniente.
El 22 de enero de 1803, falleció su esposa; quedando viudo a los 19 años. El 23 de octubre de 1803, su tío político, el Marqués del Toro, remite la solicitud del Teniente Bolívar dirigida al Rey, para que le concediera permiso a fin de resolver, ante el Consejo Supremo de Guerra, un asunto judicial relacionado a sus posesiones de Seuse, en los Valles del Tuy.
La solicitud fue aprobada al día siguiente por el Capitán General, dejando a Real Arbitrio el tiempo de permanencia en la península. El 30 de octubre de 1803, el Teniente Bolívar, a bordo de la fragata de Guerra “La Bastanera”, parte con destino a Cádiz. Allí comienza su permanencia en Europa (España, Francia e Italia), fundamentalmente en París, para finalmente, visitar los Estados Unidos de America.
La duración del viaje, fue de tres años y medio; tiempo durante el cual pudo presenciar los efectos de la revolución francesa, las novedosas actividades militares de Napoleón Bonaparte, su Coronación etc. Un lapso muy provechoso para la formación filosófica, política y militar del Teniente Bolívar. En París , se encontró con su maestro Simón Rodríguez y su primo Fernando Toro.
En abril de 1805, salen de esa ciudad con destino a Italia; recorren Milán, Verona, Vicenza. Padua, Venecia, Ferrara, Bolonia, Florencia Perusa y Roma. El 15 de agosto de 1805, en compañía de Simon Rodríguez y Fernando Toro, subió al Monte Sacro, una de las siete colinas de Roma, donde pronuncia su famoso juramento:
"Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por la patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español“.
En este escenario y muy probablemente durante el mes de julio encontrándose en Roma, ocurrió su visita al papa Pío VII (Barnaba Chiaramonti), quien se desempeñó desde el 14 de marzo de 1800 hasta el 20 de agosto de 1823. Sobre la visita del Teniente Simón Bolívar a Pío VII, el General Daniel Florencio O’ Leary en sus Memorias refiere:
"Al mismo Bolívar y a muchos de los que en esos días estaban en Roma, les he oído referir estos pormenores; así como también la escena que tuvo lugar poco después en el Vaticano y que causó mayor sensación que el incidente del Monte Sagrado. Acompañó Bolívar al embajador español al Vaticano, para ser presentado a Pío VII.
Al acercarse a Su Santidad, advirtió el embajador en voz baja y en lengua española, que debía arrodillarse para besar la cruz de la sandalia del Pontífice.
Bolívar se negó a cumplir con esta parte de la ceremonia y fue en vano que el embajador, turbado, le dijese que era indispensable sujetarse a la etiqueta; por toda respuesta hizo un movimiento de cabeza que indicaba su firme resolución de no ceder. Notó el papa la sorpresa y el embarazo del embajador, y sospechando la causa, dijo con bondadosa condescendencia: ‘dejad al joven indiano hacer lo que guste’, y extendiendo la mano, permitió que Bolívar le besase el anillo; lo que hizo del modo más respetuoso. Informado el Pontífice de qué era sudamericano, le dirigió varias preguntas y quedó muy satisfecho de las respuestas que le dió.
Fuera ya del palacio, el embajador le reprendió por no haberse cumplido con el ceremonial de aquella corte, a lo cual replicó Bolívar: “Muy poco debe de estimar el Papa , el signo de la religión cristiana, cuando lo lleva en sus sandalias, mientras los más orgullosos soberanos de la cristiandad lo colocan sobre sus coronas” Al Papa Pío VII, le correspondió ejercer su gobierno religioso , durante la guerra de nuestra Independencia.
El 30 de enero de 1816, promulgó la Bula Etsi Longissimo, en la cual recomendaba a sus venerables hermanos y sacerdotes aconsejar a los feligreses la sumisión a las autoridades superiores especialmente al Monarca y “no perdonar esfuerzos para desarraigar y destruir completamente la funesta cizaña de alborotos y sedicciones que el hombre enemigo sembró en esos países”.
Lasso de la Vega, Obispo de Mérida, mantuvo hasta finales de 1820 una conducta contraria a la causa de nuestra independencia; pero al enterarse que las Cortes de España, habían asumido reacción violenta contra la iglesia; llegando a expulsar al Nuncio Apostólico del territorio español, cambió de opinión y en entrevista que tuvo con el Libertador Simon Bolívar en Trujillo el 1 de marzo de 1821, le manifestó que estaba dispuesto a reconocer la República y a escribirle a Su Santidad Pío VII “para que conociera el verdadero estado de las cosas de Colombia”; y así lo hizo.
Cordialmente, Rafael Ángel Teran Barroeta . Cronista de Tucutucu. 26-4-2025 Referencias Bibliográficas: 1.-Boulton Alfredo. El Rostro de Bolívar. Ediciones Macanao. Caracas 1982 2.-Ramos-Lissón Domingo y otros. Diccionario de los Papas y Concilios. Barcelona España 20053.-Falcón Fernando. El Cadete de los Valles de Aragua. Universidad Central de Venezuela. Caracas 2006 4.-O’ Leary Daniel Florencio. Memorias. Ministerio de la Defensa 1981 5.-Puyo Vasco Fabio y Eugenio Gutierrez Cely. Bolívar Día a Día. Colección Colombia en su Historia. Bogotá 1983 6.-Rojas Armando. Bolívar Diplomático. Cuadernos Lagoven. Caracas 1983 7.-Verna Paul. El Mundo de Bolívar. Caracas 1983.

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