El 6 de mayo de 1830, hace hoy ciento noventa y cinco años, el Gral. José Antonio Páez instaló en Valencia el Congreso Constituyente que creó la República Centro-Federal de 1830. Fue el tercero, último y definitivo ensayo de la era independentista, que, además, selló la separación de la unión colombiana de 1821.
La República de 1830 arrancó el 2 de enero de 1831 con el nombre oficial de “Estado de Venezuela”, iniciándose una etapa de estabilidad institucional nunca vivida desde 1810, aunque no política ni social. La economía comenzó un proceso de recuperación y crecimiento y la guerra de independencia quedó definitivamente en el pasado.
Es dable referirse a “República de Venezuela” en cualquier tiempo histórico posterior a 1811, aunque no corresponda al nombre oficial vigente. El nombre oficial deriva de las transformaciones constitucionales donde el Legislador designa, modifica o preserva la denominación de acuerdo con la organización del Estado y la forma de gobierno basada en su marco legal.
Se expresa en el cono monetario y en los membretes institucionales para asuntos de Estado tanto nacionales como internacionales, según sea el tiempo histórico en curso. No obstante, todas las constituciones desde 1811 han sido republicanas en su espíritu y letra, dados los sustentos doctrinarios de su sistema jurídico popular, representativo, responsable y alternativo.
La denominación “República de Venezuela” como nombre oficial para designar al Estado y la Nación, solo se estableció por primera vez en la Constitución de 1953. Las anteriores fueron “Estados Unidos de Venezuela” (constituciones de 1811 y 1864) y “Estado de Venezuela” (constituciones de 1819 y 1830, básicamente).
La Primera República con el nombre oficial de “Estados Unidos de Venezuela”, tuvo una existencia efímera de apenas ocho meses y veintiún días, tomando como fecha de inicio la Declaración de Independencia el 5 de julio de 1811.
El último acto institucional que realizó la organización republicana fue el 6 de marzo de 1812, cuando se disolvió en plena guerra y traspasó sus poderes a Francisco de Miranda, a quien nombró Dictador. Pero la dictadura, ese último aliento republicano, expiró con la Capitulación de San Mateo ante las fuerzas realistas el 25 de julio de 1812.
Posterior a la capitulación de San Mateo llegó el turno de los héroes. La República quedó a la deriva hasta la llegada a Caracas de Simón Bolívar en 1813, tras cruzar la frontera desde Cúcuta a Táchira. De inmediato calzó la investidura de Dictador (igual que Miranda) como instrumento legal, apelando a los despojos constitucionales en manos de algunos civiles fundadores y exmiembros de aquellas corporaciones (Francisco J. Ustáriz, Miguel J. Sanz y Cristóbal de Mendoza), para llevar adelante sus acciones y ejercer el gobierno en nombre de la República de 1811.
Las dictaduras de Miranda y de Bolívar guardan diferencias de contexto y de origen, pero proceden del mismo inventario jurídico de 1811. En 1814 los frágiles vestigios republicanos que van y vienen sobre los hombros de Bolívar, caen en el limbo con su derrota y expulsión del territorio venezolano.
Sin embargo, regresa desde Haití (Carúpano 1816, Barcelona 1817) para consolidar su liderazgo en el Oriente; se erige como Jefe Supremo de los Ejércitos Libertadores, desconoce el Congreso de Cariaco que pretendió suprimir su autoridad y sofoca las rebeliones de sus capitanes rebeldes señalándoles el camino al paredón.
Y ya instalado en Guayana (1817) con subrepticio rango de Dictador, aquel que le otorgó la Asamblea de Caracas el 2 de enero de 1814, se apresta a convocar elecciones para instalar el “Congreso Constituyente de Angostura”. En la apertura de dicho Congreso el 15 de febrero de 1819, se presentó como Dictador y formalizó su renuncia como tal. Hasta allí llegó el hilo conductor que se había iniciado el 19 de abril de 1810.
En Angostura nació la verdadera Segunda República de Venezuela. En mayo de 1819 Bolívar traspasa la frontera, esta vez en reverso Apure -Casanare, para realizar la campaña libertadora que lo llevó a Bogotá. Lleva el flamante título de Presidente de la República (ya no es dictador). Y casi al mismo tiempo que libra la Batalla de Boyacá (7 de Agosto), el Congreso de Angostura sanciona el 15 de agosto la “Constitución Política del Estado de Venezuela”. Esto de poco sirvió.
En tanto la recién creada República de Guayana se engullía a sí misma, dados los conflictos internos que llevaron a destituir al presidente encargado, el 17 de diciembre, tras el regreso triunfal del Ejército Libertador, fue aprobada la “Ley Fundamental de la República de Colombia”, proyecto de unión de Venezuela y Nueva Granada, confirmado en Cúcuta el 30 de agosto de 1821 con la “Constitución de la República de Colombia”. La República de Guayana se auto disolvió.
Once años más tarde emerge, desde los escombros de la fallida integración colombiana, la “Constitución del Estado de Venezuela”, la República de 1830, la República de la paz, cuyo ductor principal fue, a no dudarlo, el Gral. José Antonio Páez.
Nirso Varela. [email protected]