Martes 25 de febrero de 2025
Opinión

En el Zulia tenemos memoria… (José Aranguibel Carrasco)

"La tragedia debe ser utilizada como fuente de fortaleza. Así que no importa cuales sean las dificultades, que tan dolorosa…

En el Zulia tenemos memoria… (José Aranguibel Carrasco)
En el Zulia tenemos memoria… (José Aranguibel Carrasco)
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"La tragedia debe ser utilizada como fuente de fortaleza. Así que no importa cuales sean las dificultades, que tan dolorosa sea una experiencia, si perdemos la esperanza, ese es nuestro verdadero desastre".

Dalai Lama

Entre dos opciones que pueden decidir dar un paso seguro en positivo hacia adelante o otro negativo que nos envíe a un futuro incierto, inseguro o desconocido, no debería ser una decisión que a nadie en la provincia venezolana deba colocarlo entre la espada y la pared.

El voto debe tronar como sucedió el 28J en todo el país y en el estado Zulia, donde a diferencia de otras regiones, nuestra historia política reciente obliga a no desfallecer, porque si algo es muy cierto es que "tenemos memoria" y no nos rendimos. Cual ríos desbordados los centros de votación deben ser reflejo otra vez de que lado está la mayoría en Venezuela.

Los venezolanos no deberíamos sentirnos como si tuviéramos una papa caliente en las manos. El daño del efecto calórico de ese tubérculo podría más bien, afectar la inteligencia, la coherencia y el futuro de la gente de este país, cuando el abstencionismo nos dice que no votemos, pero no explica ¿cuál es la ganancia? o ¿cuánto hemos ganado otras veces?.

El 28J la demostración de fortaleza que permitió un triunfo arrollador de Edmundo González Urrutia es el peor adversario que teme el Gobierno, cuando la gente reafirmó el deseo de cambiar el modelo político que lleva 26 años en el poder. El CNE nos arrebató "por ahora" una victoria que el mundo entero observó. Esa es una verdad que no pueden borrar.

Votar, dicen los promotores de la abstención, es pasar la página del 28J y traicionar a los venezolanos. Eso no es cierto. Es un chantaje, una coerción y extorsión política donde los venezolanos son rehenes de un interés circunstancial, ¿por qué cuál es la diferencia entre las elecciones del 28J y las anunciadas para el 25M?.

Alegan que para el 25M no hay garantías electorales de parte del CNE, el mismo árbitro del 28J, pero es preferible sacrificar a todo un país sin aclarar, porque unas elección son buenas y otras no. Es la hipocresía de cierta "dirigencia" política en procura de no perder o ver reducido el "liderazgo" circunstancial, sin que en ello importe el destino o el futuro de los venezolanos.

¿Memoria corta?
Siempre se ha dicho que los venezolanos tenemos atributos de gente buena, alegre y solidaria. También que olvidamos rápido cuando en el tiempo otra realidad nos borra o aleja del disco duro cerebral, algún mal momento, desencuentro o engaño. En el Zulia no somos la excepción y no por ello guardamos rencor o animarversion contra nadie, pero no olvidamos el pasado.

Las elecciones de este 25M cuando serán escogidos gobernadores y diputados regionales y a la AN, es una oportunidad, en el caso del estado Zulia, de desempolvar hechos de nuestra historia política reciente, además, es momento de salirle al paso a la desinformación que existe en el resto del país, sobre un antes y un ahora de esta región del país, que siempre ha defendido la ruta electoral y el valor del voto.

Los zulianos no somos por naturaleza arrogantes, superdotados mentales, que nos la sabemos todas o que gustamos mirar a los demás por encima de los hombros. El estigma que nos describe de presumidos, jactanciosos o fanfarrones generaliza demasiado

Claro que existe la excepción de la regla, pero que es cierto que somos tercos, obstinados o tenaces, cuando nos asiste la razón no lo negamos. Las imposiciones, decisiones que toman otros por nosotros o las exigencias que impliquen el destino del Zulia, no son negociables. No nos rendimos, claudicamos o tiramos la toalla fácilmente. Un refrán ilustra esa manera de ser del zuliano porque "maracucho pendejo muere chiquito".

En esta tierra bendita no sufrimos de amnesia que nos lleve a olvidar que durante el cuatrienio 2017-2021, el estado Zulia retrocedió en el tiempo. Desapareció la inversión pública y privada. El sector privado de la economía fue víctima de persecución, cierres y de la expropiación de industrias, empresas y locales comerciales.

La infraestructura en educación, salud, vialidad, programas sociales, ciencia y tecnología, seguridad, aseo urbano y otros servicios de competencia regional y municipal colapsaron. Sencillamente desaparecieron. La reposición, mantenimiento, construcción de obras públicas y programas sociales permanecieron paralizadas durante ese período.

El olvido nos haría cómplices de la conducta y del desastroso resultado de quienes gobernaron esta región en nombre de una "revolución" que poco le faltó desaparecernos del plano terrenal. Esa realidad no llegó sola sino de la mano de los mismos políticos "opositores" que hoy le piden a los zulianos que no votemos o de los que no movieron un dedo para evitar la destrucción, atraso y abandono que vivió el Zulia.

El stress, desasosiego y la peor calidad de vida que la gente del estado Zulia recuerde haber vivido, la soportamos en esa época, cuando la autoestima personal, familiar o laboral caracterizada por las "percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamientos dirigidos hacia uno mismo, hacia nuestra manera de ser y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter", llegaron a su peor momento.

Estábamos, diría, en total estado de abatimiento como seres humanos. Decaídos, desanimados, humillados y desalentados. A esa realidad de ser un pueblo alegre, dicharachero y expresivo terminamos, además, convirtiéndonos en algo parecido a zombies tras la llegada de la pandemia del Covid-19.

Eso unido a la angustia de cada cola por la escasez de alimentos, medicamentos, gasolina, agua, estar a oscuras por los apagones eléctricos, falta de efectivo, y bombonas de gas, entre otros, terminamos por parecernos al pueblo cubano para surtirnos de lo más elemental para vivir.

Votar es la solución
Después de la tempestad dicen que llega la calma. Ello permitió el renacer de la esperanza que en el Zulia la convertimos en realidad. En 2021 nuevas autoridades fueron electas y un nuevo comienzo, desde cero, no fue nada fácil emprenderlo. La traición política de Juan Pablo Guanipa la pagamos con creces los zulianos.

Es así que en las elecciones del 21 de noviembre de 2021 la pesadilla en el Zulia llegó a su fin con la elección de gobernador, 15 de 21 alcaldes, 9 de 13 diputados regionales y una mayoría de Concejos Municipales y concejalías.

Además, en los estados Nueva Esparta, Cojedes y, posteriormente en Barinas, la oposición recuperó verdaderos bastiones, –el término espacios produce prurito a algunos– donde la gente vive hoy en mejores condiciones de atención a su calidad de vida. Claro, ahora a esos venezolanos no se les ha consultado que piensan de no ir a votar o abstenerse.

El tiempo de quejarse y llorar no existía. No había disponibilidad para los lamentos. Era muy inmensa la destrucción del estado y sus municipios. Es sólo de ciegos, egoístas, fanáticos y mezquinos no admitir que un cambio nació en el Zulia. El regreso de la esperanza, el ánimo y la confianza son parte de un milagro entre tantos problemas que nos han aquejado.

Hoy la gente respira un aire distinto y es protagonista con sus autoridades de respuestas y soluciones en áreas de la salud, educación, vialidad, programas sociales, servicios públicos, infraestructura, seguridad personal y jurídica. La confianza empresarial retornó a nuestro estado.

Maracaibo y San Francisco son sólo ejemplos de lo que era la ineficiencia de los servicios públicos antes del 21N de 2021 cuando gobernó el oficialismo. Hoy sus ciudadanos viven una realidad distinta. El cerco financiero no ha impedido llevar soluciones a la gente.

Nada sencillo ha sido hacer de los problemas de servicios públicos soluciones en favor de los habitantes de barriadas, urbanizaciones y sectores populares. En Colón, Cabimas, Lagunillas, Francisco Javier Pulgar, Machiques de Perijá, Rosario de Perijá, La Cañada de Urdaneta, Santa Rita, Simón Bolívar, Valmore Rodríguez, Baralt, Sucre y Catatumbo también la gente ha disfrutado del cambio.

Sabemos que son más las razones para votar este 25 de mayo que abstenernos. No votar puede llevarnos, una vez más, al mismo callejón sin salida al que siempre nos meten desde Caracas que en nada beneficia a la provincia venezolana. Claro que debemos desconfiar del árbitro electoral, del ventajismo o del abuso oficialista, pero también de quienes nos piden no votar, porque ¿después del 25M qué haremos?. ¡Amanecerá y Veremos!.

José Aranguibel Carrasco

CNP-5003

Ilustración: Feyo

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