-Este próximo 24 de julio conmemoramos los 200 años de la Batalla Naval del Lago, que puso fin al dominio español en nuestras tierras, y hoy en esas mismas aguas, llenas de heroismo y valentía, nuestro hermoso Lago se bate en otra gran batalla, el desafío de sobrevivir ante la cruel agresión de la cual ha sido y sigue siguiendo victima, ocasionada por múltiples agentes contaminantes, entre ellos, el bendito petróleo, que a diario, sin tregua, ni clemencia intoxica este majestuoso y grandioso resorvorio de agua dulce.
Atrás quedaron los relatos de los abuelos y las abuelas, que nos contaban, que quienes vivían en sus orillas, bebían su agua y hasta cocinaban con ella.
Hoy acercarse a sus orillas, en las inmediaciones de la extracción petrolera o en las zonas donde se concentran los derramenes, es exponerse a adquirir y por ende padecer enfermedades respiratorias o cutáneas al entrar en contacto o
absorber los componentes más livianos del petróleo, que en sus aguas se evaporan permanente.
Igual, bañarse en sus aguas cerca de las zonas afectadas por los derramenes petroleros, es arriesgarse a sufrir contaminacion por banadio y plomo por ser los metales que más se encuentran en el petróleo.
Aunado a los ya altos niveles de sulfuro, flúor, nitrógeno, detergentes y coliformes fecales (bacterias en heces), producto del drenaje sin tratamiento de las aguas servidas.
Los últimos derrames de petróleo en el Lago de Maracaibo han sido descomunales, una contingencia absolutamente fuera de control. Miles de pescadores afectados, porque este envenenamiento sistemático del cuerpo de agua afecta también la reproducción de los peces.
Que hacer, a donde acudir? El gran dilema.
Vale tanto, sacar unos pocos miles de barriles de petróleo del Lago, a cuenta de tanta desgracia.
Sinceramente no lo vale. Ese petróleo así no lo queremos.
El Zulia, su desarrollo y prosperidad vale mil veces más que las ganancias que da la venta de ese hidrocarburo.
Siempre Vileana.