Hoy quiero hablarles de la música, ese arte que nos acompaña mucho antes de nacer hasta el fin de nuestros días.
“Música, el arte de las musas”; el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación de sonidos y silencios, utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo. Tiene su origen en la antigua Grecia, donde se unían la poesía y la danza.
La música tiene un efecto tranquilizador, desde la semana veinte (20) de gestación, los bebes ya pueden escuchar diferentes sonidos, las voces de sus Padres y se familiarizan con Ellos.
Los primeros sonidos que él bebe escucha, son los intrauterinos, los latidos de su corazón, sus sonidos respiratorios e intestinales, su voz a través del oído, la música actúa sobre todo el ser humano, activando células cerebrales que favorecen el desarrollo cerebral, captando él bebe el estado de animo de su Mama y contagiarse de su bienestar, escucha música suave, melódica; esas sensaciones placenteras son trasmitidas al bebe, fortaleciendo el vínculo Madre-Hijo.
Los niños deben tener contacto con la música desde sus primeros años de vida, les brinda múltiples beneficios. Es arte, el arte alimenta el alma y el alma lo identifica.
En sus primeros años de vida, los niños son receptores absolutos de estímulos y el musical es poderoso, posee un impacto significativo.
La música es fundamental para la educación infantil y para expandir diversas capacidades desde muy pequeños, estimulando su inteligencia, imaginación, desarrollo auditivo y cognitivo.
Hablamos de esas canciones infantiles que nos canta nuestra Madre, desde que estábamos en su vientre; realizar actividades musicales junto a nuestros hijos es una experiencia única, trasmitiendo emociones, sentimientos de amor, quedando fijado en la memoria de nuestros hijos, aportándole innumerables beneficios para su desarrollo. La iniciación musical puede comenzar en nuestra casa, desde su nacimiento, desarrollando sensibilidad y un hermoso corazón, potenciando su inteligencia, su conducta y adaptación social. Los estímulos musicales constituyen una “nutrición” para el cerebro, con los efectos positivos en la concentración, atención, memoria, motivándolos en sus habilidades físicas en general, les ayuda a reforzar el lenguaje y su percepción auditiva; la misma les potencia las capacidades artísticas creativas, favoreciendo la integración socio-cultural, trabajo en equipo, mejoran su rendimiento académico, al igual que su habilidad para la lectura. Se conoce que la música estimula áreas cerebrales que se relacionan con los números.
La música es fundamental para la educación infantil, ejerce una marcada influencia en la evolución de los niños, incidiendo a nivel biológico, psicológico, social, “solo lo mejor es suficientemente bueno para un niño, …la música es tan necesaria como el aire, es un principio básico.
La inclusión de la música en la educación infantil es imprescindible, es esencial para fomentar el crecimiento integral de los niños, a través de la música pueden explorar, expresar y experimentar una amplia variedad de cambios en el leguaje, coordinación y otras habilidades sociales. “La música es vida”.
La mejor manera de ayudar a nuestros niños en apreciar la música, es proporcionales música desde edades tempranas.
La educación musical “es esencial”. Es clave para el desarrollo del lenguaje, mejora la percepción auditiva para habilidades lingüísticas, una conciencia fonética más aguda, facilitando la lectura, promoviendo una comunicación eficaz, fomentando cambios neuronales que potencian el aprendizaje.
Platón dijo “yo enseñare a los niños física, filosofía, pero lo más importante es la música, porque los patrones de ella y en todas las otras, son las claves del aprendizaje”.
La estimulación musical temprana acelera la creación de conexiones neuronales. Antes de nacer incluso, fortalece la memoria, enriquece su vocabulario, amplifica la inteligencia matemática, fomenta el desarrollo de la flexibilidad y el equilibrio, activa la creatividad.
Ofrecer música a los niños contribuirá a su formación intelectual, ser un niño feliz y lleno de valores.
Integrar la música en los entornos educativos, no solo enriquece la experiencia escolar, sino que optimiza el desarrollo lingüístico, planificando y con enfoques adecuados incorporados en el programa curricular de la educación infantil. Crear un entorno que fomente la música, con decoraciones musicales en el aula de clases, cantar canciones para enseñar el abecedario, los números o las partes del cuerpo; es muy importante que los maestros reconozcan la importancia de la misma.
La educación no consiste solo en alimentar el cerebro; el arte y la música alimentaran “el corazón y el alma”.
Cuando se tiene a un bebe Recién Nacido en brazos, en forma intuitiva cantarle o murmurarle una bonita canción infantil, calmándolo y dándole todo el amor, tendrá beneficios.
Actualmente la música juega un papel fundamental en los niños con TEA, llevándolos a mejorar habilidades de expresión hablada, con aumentos de la conectividad cerebral, áreas claves para la socialización, teniendo mayor conectividad entre regiones auditivas y motoras cerebrales. Esto habla de plasticidad en el cerebro, pudiendo ser aplicada la música en forma masiva y en ambientes lejanos a servicios de salud.
La música, el poder de la verdadera diversidad…” Tienes que reírte de alegría”.
La sensibilidad musical puede cultivarse, desarrollarse desde los primeros años de vida. Despertar de la emoción, lenguaje, movimientos y pensamientos.
Desde pequeños, los sonidos armoniosos ayudan el mundo interior y conectan con los demás profundamente natural; siembra música en la infancia, es abrir camino a la belleza y creatividad. “Que nunca falte la música en los más pequeños, si les enseñas música, le enseñas además disciplina, perseverancia, confrontar frustraciones y trabajar en equipo, pensamientos positivos. Enseñar música, es el acto de amor más hermoso, con el objetivo de siempre luchar cada día por sus sueños.
“A través de los niños se cura el alma”.
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