Humberto Avelino Fernández-Morán Villalobos nació en Maracaibo, el 18 de febrero de 1924. Hijo de Luís Fernández Morán y Elena Villalobos. La partida de nacimiento indica que nació el 15 de marzo de 1924, pero el propio Humberto Fernández-Morán afirmaba haber nacido el 18 de febrero; es posible que su permanencia intermitente en Maracaibo, aunado al poco tiempo que residió en la ciudad, no le hayan permitido enmendar la fecha en el referido documento. Luís Fernández Morán fue determinante en la formación integral de su hijo, a quien le brindó todo el apoyo para que pudiera estudiar en USA y
Europa; también le orientó y animó a ser constante en la búsqueda de sus objetivos personales y profesionales. En su honor, Humberto utilizaba los apellidos Fernández-Morán. Luís murió con apenas 50 años de edad, cuando Humberto se encontraba estudiando en Estocolmo. Es poco lo que conocemos con respecto a la vida de Elena Villalobos.
Humberto Fernández-Morán se graduó de Doctor en Medicina (Summa Cum Laude) en la Universidad de Munich (Alemania), 1944. Entre 1946 y 1952 fue auxiliar de investigación en el Instituto Nobel de Física de Suecia, donde comenzó su adiestramiento en microscopia electrónica, doctorándose en Biofísica por la Universidad de Estocolmo (Summa Cum Laude), en el año 1952. Políglota excelso, hablaba y escribía en: inglés, alemán, francés, sueco, noruego, danés, italiano, latín, griego, portugués y holandés.
Se desempeñó como médico del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo (1946), donde practicó la técnica de leucotomía o lobotomía trasorbitaria, para el corte de las fibras nerviosas en diferentes lugares del lóbulo frontal del cerebro de los pacientes. Fundador del Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (1954), que luego pasó a denominarse Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). En tales circunstancias, Fernández-Morán dirigió las labores de instalación de un reactor nuclear (RV-1) en la cima de los Altos de Pipe, estado Miranda (sede del Instituto), cuyos trabajos se culminarían sin él en 1960.
Fue profesor fundador del Departamento de Biofísica de la Universidad Central de Venezuela (1952-1958). Profesor visitante de la Universidad de Estocolmo (1954-1958) y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (1958-1962). Jefe de Microscopía en el Massachusetts General Hospital (1958-1962). Investigador de la Universidad de Harvard (1958-1962). Profesor de Biofísica en la Universidad de Chicago (1962-1974). Jefe de Microscopía en el Instituto Enrico Fermi (1962-1980). Investigador principal del Proyecto Lunar Apolo de la NASA (1960-1980), donde se encargó del estudio de las rocas lunares
por medio de cortes que efectuó con su invención el bisturí de diamante, y el análisis de
las muestras con microscopía electrónica.
Recibió la Orden y Título de Caballero de la Estrella Polar (Suecia, 1952), el Premio y Medalla John Scott por la invención del cuchillo o bisturí de diamante (Philadelphia, USA, 1967), la Medalla de Oro de la ciudad de Maracaibo (1963); también fue reconocido por contribuir de manera significativa al desarrollo de la microscopía electrónica y al conocimiento sobre la ultraestructura celular. Al investigar sobre las estructuras
subcelulares, logró observar con mayor definición la membrana mitocondrial y demostró la existencia de unas partículas que se conocieron posteriormente como "partículas de Fernández-Morán". La descripción de su afamada invención, el bisturí o cuchilla de diamante, apareció en publicaciones que dio a conocer entre 1948 y 1953; se trata de un instrumento ampliamente valorado por su utilidad para hacer cortes ultrafinos de tejidos que requieran observación con el microscopio electrónico.
Además de los ámbitos científico y tecnológico, estuvo interesado en el área humanística. Escribió varios ensayos biográficos, literarios y críticos, donde destacan: Vida y obra de José Antonio Ramos Sucre (Washignton, 1945); Vida y obra de Albert Schweitzer (Upsala, 1952); Vida y obra de Arturo Michelena (Caracas, 1944); Ciencia y Ética (Estocolmo, 1954); Entrevista con Albert Einstein (efectuada en 1945 y publicada en 1979); Ciencia, Humanidades y Supervivencia (Nueva York, 1964).
Desde finales de la década de los sesenta y hasta la década de los ochenta, Fernández-Morán realizó varios viajes a Venezuela. En 1978 estuvo en Maracaibo con motivo del Primer Congreso de Neurociencias y sus brillantes conferencias fueron reseñadas por la prensa nacional. Se mostró afligido por el hecho de no residir en Venezuela, lo que le dificultaba impulsar algunas iniciativas que favoreciesen el desarrollo de la ciencia y la tecnología en su patria. Ciertamente, su gran anhelo fue el desarrollo científico y tecnológico de Venezuela.
A cien años de su nacimiento, Humberto Fernández-Morán es un ejemplo de disciplina y constancia para la juventud de Venezuela que se muestra interesada por el estudio, la investigación y la difusión del conocimiento. El mejor homenaje que podemos tributarle consiste en imitar sus virtudes de científico y ciudadano excepcional.
*Cronista de Maracaibo/ Profesor de historia de Venezuela en la Universidad del Zulia/Miembro de la Academia de Historia del Estado Zulia/E-mail:[email protected]/Instagram:@cronistademaracaibo/ Twitter:@CronMaracaibo