Trabajadores de la industria petrolera informaron que la producción de combustible estaría parada y que no hay fecha de arranque, debido a la inactividad de las refinerías de Amuay y Cardón desde marzo y mayo.
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La producción de gasolina preocupa a la población venezolana, ya que ha visto cómo en los últimos años la distribución va en declive, generando colas de vehículos en espera de combustible.
Las alarmas se encendieron otra vez a finales de mayo, cuando se conoció, por trabajadores de la industria, que la producción de combustible está parada.
Primero, debido a la planta catalítica (Dcay) de la refinería Amuay, la más grande del país, detenida desde marzo. Aunque estaba previsto que culminaran los trabajos el 29 de mayo, no fue posible porque esperan el refractario para reparar el generador de energía y que no se generen puntos calientes.
De acuerdo con Tal Cual, esta parada de planta, aunque obligatoria, estaba pautada porque la intención es que la instalación no se dañe por completo. Aunque el trabajo se realizaría en tres semanas, ya cumple tres meses y no hay fecha de llegada del equipo.
Así mismo informaron que, para adelantar el trabajo, pasan el producto por las destiladoras para generar carga y abastecer los tanques, con intención de tenerlo listo para cuando se reactive la producción de gasolina, reseñó El Pitazo.
No hay una fecha estimada de arranque de la planta catalítica porque esperan un refractario hace tres meses.
Refinería Cardón también
La refinería Cardón, que tiene una capacidad instalada para procesar 310 mil barriles de crudo, también está parada desde la última semana de mayo por daños en el compresor de la planta catalítica, que ha claudicado dos veces en lo que va de año por la misma situación.
Hasta la fecha, no hay estimación de daños ni tiempo para recuperar el compresor dañado.
Actualmente, el CRP (complejo refinador de Paraguaná) recibe crudo pesado desde el oriente de Venezuela, para cuyo procesamiento no están preparadas las plantas, informaron a El Pitazo los petroleros que operan en ambas refinerías. Refieren que los equipos sufren porque el crudo es alto en azufre y las refinerías fueron construidas para petróleo liviano.
«Estos equipos no están diseñados para procesar ese tipo de crudo, porque se dañan las bombas, los refractarios y todos los equipos. Es como trabajar un carro nuevo con gasolina con plomo: te va a dañar todo el sistema», dijo un trabajador que prefirió no ser identificado.
Las refinerías Amuay y Cardón son parte del CRP, el más grande de Venezuela, con una capacidad de producción de 955 mil barriles por día en condiciones normales.
Con información de Tal Cual
