El Día Internacional de la Luz se celebra el 16 de mayo de cada año. Fue decretado por la Unesco en el 2017 con el objetivo de conocer la importancia de los avances y aportes de la luz para el desarrollo en todos los campos y facetas de la vida de los seres humanos. En muchos países se celebra con distintos acontecimientos, incluyendo ciclos de charlas, conferencias e inauguraciones de obras en materia eléctrica. En nuestro país se recuerda el día con apagones y bajones.
La jornada es propicia para resaltar el papel que desempeña la luz en la vida cotidiana de los seres humanos, especialmente en las áreas de ciencia, cultura, educación, desarrollo sostenible y en campos tan diversos como la medicina, la física, la agricultura, las comunicaciones y la energía.
La fecha recuerda el aniversario del primer funcionamiento efectivo de un láser, el 16 de mayo de 1960. Ese día el ingeniero y físico estadounidense Theodore Maiman logró que un dispositivo construido con rubí produjera por primera vez una emisión estimulada de radiación.
Se considera que el fenómeno natural de la luz ha sido de vital importancia en el desarrollo de la humanidad desde el principio de los tiempos a la actualidad, donde se han encontrado diferentes formas para adaptarla y utilizarla en amplias aplicaciones del ámbito científico.
A modo de ejemplo, miren esto
Actualmente, cerca de 19,05 millones de latinoamericanos no tienen energía eléctrica. Si lo comparáramos con un país, sería el equivalente a un poco más del total de Guatemala (cerca de 18 de millones).
Otros países como Honduras o Haití, necesitan cerrar las brechas entre las áreas urbanas y rurales. En Bolivia, por ejemplo, un tercio de la población rural no tenía electricidad hasta el 2017. Esto se ha reducido dramáticamente y en Bolivia, por ejemplo, desde 2010, cuando solo la mitad de los hogares rurales contaban con el servicio, ha venido en aumento.
Otro caso es el de Haití, donde solo cuatro de cada diez hogares tienen energía eléctrica. De hecho, está por debajo de África (Subsahariana), donde 45 % de la población cuenta con el acceso a este servicio.
Algunas regiones han logrado avances significativos en la materia, sin embargo, aún falta mucho para cerrar estas brechas, especialmente para poder llevar energía a las regiones más dispersas y apartadas de los centros de generación.
En Venezuela el atraso es significativo
En Venezuela el atraso en materia de energía eléctrica es significativo. Una encuesta sobre el servicio realizada en mayo de 2022 por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) 12 de las principales ciudades del país muestran elevados niveles de valoración negativa respecto de la calidad del servicio eléctrico.
En promedio, 62 por ciento de los encuestados juzgó de forma negativa la prestación del servicio, llegando a alcanzar 92,9 por ciento en San Cristóbal y 77,3 por ciento en Maracaibo, capitales de los estados Táchira y Zulia respectivamente.
De acuerdo con la ONG Comité de Afectados por Apagones, hasta el mes de septiembre del año pasado hubo 27 mil 569 en 23 estados. Expertos indican que la situación puede empeorar en los próximos meses si las autoridades siguen volteando la mirada.
El organismo internacional destaca que el fenómeno natural de la luz ha sido de vital importancia en el desarrollo de la humanidad desde el principio de los tiempos a la actualidad, donde se han encontrado diferentes formas para adaptarla y utilizarla en amplias aplicaciones del ámbito científico.
Culpables en 20 años
Durante los últimos 20 años, se han atribuido las causas de los apagones generalizados y la emergencia eléctrica en el país a un sinnúmero de factores ajenos a la gestión del Gobierno. Junto con las sequías y las sanciones internacionales, aparecieron los presuntos sabotajes organizados por miembros de la oposición venezolana, hasta expresidentes colombianos como Álvaro Uribe e Iván Duque, en combinación con organismos de inteligencia de los Estados Unidos de Norteamérica acusados de culpables.
A modo de ejemplo, recordamos que en Lecherías, Anzoátegui, se quedaron sin luz por 30 horas en una oportunidad, y supuestamente habrían estado sin el servicio de energía eléctrica diez sectores de la localidad oriental. La falla se produjo en un cable de alta potencia subterráneo de la subestación Lechería, dijo el Gobierno nacional en aquel momento.
En otra oportunidad se habló que un rayo electromagnético destructor había sido el culpable de uno de los tantos apagones. Hasta un sabotaje en el Guri y pare de contar, han sido señalado sin identificar a nadie.
Lo cierto es, que el colapso de los servicios evidencia la crisis general del país, que afecta cada vez más a los que menos tienen. No habrá torta para cantar el cumpleaños a la luz en Venezuela, porque es tan malo el servicio eléctrico, que hasta las velas se apagan.
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