Jueves 06 de noviembre de 2025
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Femicidios en Venezuela: Cuando la violencia y la muerte acechan en el hogar

Al menos 99 mujeres fueron asesinadas hasta el mes de septiembre en todo el país, según registros de ONG feministas. Emigrar no garantiza seguridad

Femicidios en Venezuela: Cuando la violencia y la muerte acechan en el hogar
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La violencia femicida persiste como una crisis silenciosa y letal en Venezuela. Monitoreos de la sociedad civil registran que al menos 99 mujeres fueron asesinadas este año hasta el mes de septiembre.

La cifra es alarmante y el patrón es devastador; a pesar de que nos dicen que no hay lugar más seguro que nuestro hogar, en la realidad el peligro no reside en la calle, sino dentro de las casas, donde la pareja, expareja o familiares se convierten en los victimarios predominantes.

La cifra letal: Tendencia implacable

Ante la ausencia crónica de datos oficiales desagregados, la documentación y divulgación sobre la situación de la violencia de género ha recaído en organizaciones feministas y de periodistas que se han encargado de hacer un monitoreo de medios y redes sociales para recopilar información sobre los femicidios en el país.

La data de Utopix y Cotejo.info de 2025 evidencia una tendencia letal que no cede: En el periodo comprendido entre enero y julio Utopix cosechó información sobre 91 casos consumados, mientras que Cotejo.info reportó 99 casos hasta el mes de septiembre de este año.

La escalada parece haberse establecido a partir de marzo, cuando logró mantener una constante de aproximadamente 15 casos de femicidio mensuales. Por otra parte, en el registro de casos de femicidios en grado de frustración, estos alcanzaron un pico de 24 casos en mayo.

Un aspecto que debemos destacar es que las propias organizaciones advierten que, al depender de la información publicada en medios y redes sociales, los datos que manejan constituyen un subregistro, "las cifras deben ser aún mayores". Esta realidad subraya una falla sistémica en la justicia y la prevención.

El factor de confianza: El victimario en casa


A diferencia del homicidio común, en el que los agresores desconocidos por las víctimas predominan, la violencia femicida se caracteriza por tener a una figura del círculo de confianza como principal agresor.

Los informes confirman que la pareja, expareja o inclusive algún familiar es, consistentemente el perpetrador predominante. Esto redefine la ubicación de los riesgos, el peligro no se ubica en la calle, sino que el hogar, el espacio que por definición debería ser el más seguro, se convierte en la zona de mayor peligro para muchas mujeres.

La violencia doméstica y familiar es el eje de este fenómeno, que ante la inacción o la respuesta tardía de las instituciones, escala irremediablemente hasta el asesinato. La principal vulnerabilidad en estos casos no es la exposición pública, sino el vínculo afectivo o el parentesco.

Geografía de la muerte: La violencia en las ciudades


El registro de mujeres asesinadas hasta agosto/septiembre, según Cotejo.info, muestra una concentración preocupante en el eje urbano y minero del país: 11 de los casos ocurrieron en el estado Bolívar, 11 en Miranda y nueve en el Distrito Capital.

Estas tres entidades suman cerca de un tercio de todos los femicidios ocurridos en el país. La alta incidencia en las zonas más pobladas de Miranda y el Distrito Capital, así como la situación de violencia social y económica en Bolívar, asociada a la actividad minera, señalan áreas prioritarias para el diseño de cualquier política de seguridad y prevención que se pueda implementar.

Las armas: una herramienta al alcance de todos


El análisis del modus operandi revela que los femicidios en Venezuela son perpetrados principalmente con dos tipos de herramientas: armas de fuego y armas blancas. El uso de estos instrumentos en un contexto de intimidad no solo eleva la letalidad, sino que a menudo indica una intención criminal clara.

Según monitoreos de años recientes sobre las modalidades más frecuentes en los femicidios consumados en Venezuela: el arma de fuego históricamente ocupa el primer lugar como el arma más usada, representa aproximadamente 32% de los casos en algunos registros. Su uso es prevalente tanto en espacios privados como públicos.

El arma blanca o punzo-penetrante es la segunda modalidad más frecuente, ronda el 23% de los casos. La cercanía requerida para su uso refuerza la idea de que el agresor es una persona de confianza o familiar, donde la distancia física y emocional ha sido eliminada.

Otros métodos son golpes y asfixia. Los golpes representan cerca del 14% y mientras que la asfixia se ubica en un porcentaje similar, ambas requieren mucha cercanía con la víctima y son muestras de la violencia desmedida y saña con que se comete el crimen.

La diáspora vulnerable


El drama de la violencia machista persigue a las venezolanas que migraron. Los monitoreos registran sistemáticamente sus asesinatos en el exterior, lo que deja en evidencia una doble vulnerabilidad, por una parte la violencia inherente al machismo, y por la otra la falta de redes de apoyo social y legal en el país de acogida.

En el mes de junio de 2025 se registraron 16 femicidios de venezolanas en el exterior, la cifra más alta del semestre, en países como Perú, Chile, Colombia y España.

Esta realidad exige una respuesta transnacional, con una colaboración consular y judicial activa para proteger a las mujeres migrantes.

La persistencia de una media de 15 femicidios al mes, la impunidad y el hecho de que el crimen se cometa en la esfera de la confianza, hacen del femicidio en Venezuela una emergencia de derechos humanos que requiere de atención urgente.

Organizaciones feministas insisten en que es "imprescindible el desarrollo de un Plan de Emergencia Feminista para la prevención, atención y mitigación de la violencia de género contra las mujeres, niñas y adolescentes", un llamado urgente que el Estado venezolano aún no ha respondido con la efectividad necesaria.

Noticia al Día/El Universal

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