Mientras el reloj avanza hacia la medianoche del 24 de diciembre, el silencio no existe en nuestro país, lo que reina en el ambiente es una sinfonía de choques de copas, risas compartidas y el inigualable aroma de la cocina.
La Nochebuena venezolana no es solo una fecha en el calendario; es el corazón de un país que se reúne para honrar la vida, la familia y la fe en un futuro mejor.
Para el venezolano, la Nochebuena es un viaje sensorial que comienza desde temprano. El hogar se transforma en un santuario donde el pesebre, iluminado con humildad y esmero, espera la llegada del "Niño Jesús". Es el momento en que las casas abren sus puertas para que el vecino, el amigo y el familiar se fundan en un abrazo que borra cualquier pena del año transcurrido.
La gente viste sus mejores trajes para esa noche especial. La familia estrena ropa para un mejor augurio.
El milagro de la cena de Navidad
La protagonista de esta noche es, sin duda, la cena de Nochebuena, un banquete de identidad que une a todas las regiones del país, donde cada bocado cuenta una historia:
- La Hallaca: un manjar de multisabores, envuelto en hojas de plátano que representa la unión familiar; se dice que "la mejor hallaca es la que hace mi mamá", porque sabe a infancia y a recuerdos.
- El Pan de Jamón es el equilibrio perfecto entre lo dulce y lo salado, una parte del plato navideño que no puede faltar en ningún rincón del país.
- El postre de la tradición: en el estado Zulia, postres como el dulce de lechosa, manjar, majarete y cabello de ángel son elementos que cierran la cena con el dulzor de nuestra tierra.
La Nochebuena es el recordatorio de que, pase lo que pase, nuestra mesa siempre tendrá un lugar para la esperanza. Es la noche en la que el venezolano se reconoce en el otro a través de un plato de comida y una gaita que suena de fondo.
Al llegar la medianoche, el ambiente se llena de una emotividad inmensa, mientras algunos acuden a la Misa de Gallo para celebrar el nacimiento del Salvador, otros se reúnen frente al Pesebre para colocar la figura del Niño Jesús. Es el instante de los regalos, de los niños corriendo con alegría y del intercambio de propósitos.
En cada rincón, desde las costas hasta los Andes, la Nochebuena venezolana es un testimonio de amor puro, es la noche en la que la gratitud se vuelve oración y la cena se convierte en un lazo que mantiene unida a la gran familia, sin importar en qué parte del mundo se encuentren.
Noticia Al Dia / Arelys Munda
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