Domingo 29 de septiembre de 2024
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Un refresco y dos nueve milímetros: las máquinas expendedoras de balas abren mercado en Texas

Un supermercado de Canyon Lake, estrena el primer autoservicio de municiones del Estado. “En este momento tenemos más de 200…

Un refresco y dos nueve milímetros: las máquinas expendedoras de balas abren mercado en Texas
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Un supermercado de Canyon Lake, estrena el primer autoservicio de municiones del Estado. “En este momento tenemos más de 200 tiendas a la espera de máquinas”, dice el director de la empresa

Amanece en Canyon Lake y las horas transcurren sin aglomeraciones en esta ciudad enclavada entre el verde y el agua, una imagen que rompe con el paisaje eternamente plano de la geografía de Texas.

La localidad es famosa por su atmósfera rural, el fresco del río y del lago, los paseos en velero, el esquí acuático, el kayak, la pesca, las excursiones en helicóptero o el senderismo. Pero también, en las últimas fechas, por estrenar una máquina expendedora de municiones, la primera de este tipo en el Estado. Balas a la carta de calibre 38, 9 milímetros, 45, 40 S&W; cartuchos 22 para rifle o 223 Remington, entre otros. Tan fácil comprarlas como si se tratara de un agua embotellada o unos chips.

La máquina expendedora está instalada dentro de la principal tienda de comestibles en el centro de Canyon Lake, a unos pasos de las puertas automáticas de entrada. Pagada al cajero automático y la línea de congeladores de venta de hielo, y a unos pasos de los flotadores multicolor, los goggles, las cubetas y palas infantiles para jugar con la arena. Es una máquina vertical de unos dos metros de alto y un metro de ancho, con pantalla táctil.

La calle donde está el supermercado es la Sattler y es tan calmada que los vehículos no pueden correr a más de 30 millas para respetar el paso de los estudiantes. Además de la secundaria, los niños más pequeños estudian en un preescolar que se anuncia con un cartel de arcoíris y un sol sonriente. “Si hay escuelas alrededor deberían de tener más cosas de inspiración, no algo que el día de mañana les pueda causar daño como las armas”, sigue Durán. “Porque uno los cría, pero ellos van teniendo sus propias ideas. Aunque uno les fomente la educación, el respeto, nunca falta el amiguito que les anime a tener armas y ellos lo hagan nada más por querer encajar en un grupo”.

Escaneo facial

Las expendedoras de municiones son de American Rounds, su director general es Grant Magers, un texano del norte de Dallas. La primera máquina la colocó en Oklahoma en el verano de 2023, luego puso unas más en Alabama, y esta de Canyon Lake es la primera en el Estado de la estrella solitaria que gobierna el conservador y republicano Greg Abbott. En Canyon Lake instalarán una más en otra tienda Lowe’s fuera del centro.

“En este momento tenemos más de 200 tiendas a la espera de máquinas de municiones”, explica Magers. “Ya hay máquinas de municiones en armerías y campos de tiro, pero somos la primera empresa en hacerlas a una escala de mercado más grande. Vendemos munición para rifles, para escopetas, para pistolas. Vas a encontrar lo mismo con cualquier minorista a un 5% más de precio. Puede variar, depende de la munición. Una puede costar 10 dólares, otra puede costar 20 o 35. Somos competitivos”.

Sobre el escaneo facial y la copia de la identificación que muestra que el comprador tiene más de 21 años, Magers asegura que los datos no se almacenan y no se le venden a nadie más, y que una tercera empresa trabaja con la aplicación del software.

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