El misterio en torno a la desaparición de Madeleine McCann sigue sin resolverse, a pesar de que han transcurrido ya 18 años desde que la niña británica fue vista por última vez en Praia da Luz, Portugal, el 3 de mayo de 2007.
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La semana pasada, las autoridades reactivaron la investigación y llevaron a cabo nuevos registros en la zona, con la esperanza de hallar pruebas que permitan esclarecer el caso.
Un equipo conjunto de policías alemanes y portugueses empleó tecnología avanzada para inspeccionar más de veinte áreas próximas al lugar donde se perdió el rastro de Madeleine.
Entre los lugares revisados se incluyeron una granja abandonada y varias ruinas, con el objetivo de encontrar indicios que relacionaran el caso con Christian Brueckner, el principal sospechoso, actualmente en prisión en Alemania por otros delitos sexuales.
Sin embargo, la operación no logró los resultados esperados. El registro, que supuso un gasto de unos 300.000 dólares, solo permitió recuperar huesos de animales y prendas de adultos, sin ninguna pista directa sobre el paradero de la menor.
El desarrollo en ambos frentes será clave en los próximos meses, especialmente antes de la posible liberación de Brueckner. El principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann podría salir de prisión a finales de este año.
Noticia al Día/RT
