La tragedia que costo la vida a cinco personas en el fondo del Atlántico, y que sigue conmocionando al mundo, pudo tener como factor determinante que los diseñadores de la estructura del sumergible no eran expertos.
Así lo revela el Daily Mail en una publicación, en la que afirma que el CEO de la empresa, responsable del sumergible y tripulante de la navegación, Stockton Rush, habría contratado pasantes universitarios para diseñar los complejos sistemas eléctricos del submarino, los cuales eran una pieza fundamental para su correcto funcionamientos. Para ese cargo, se requería gente con amplia experiencia, pues es un eje central del submarino.
La fascinación por el Titanic llevó a cinco millonarios a embarcarse en una aventura que tuvo un trágico final. Los pasajeros a bordo del sumergible que se perdió el domingo 18 de junio, cuando se dirigían en un viaje turístico a los restos del emblemático barco hundido en el Atlántico Norte hace más de un siglo, finalmente perdieron la vida. Los restos encontrados mostraron una “implosión” de la nave, según la empresa propietaria.
Durante varios días, las autoridades costeras y órganos externos desplegaron un operativo para dar con el paradero del sumergible. Las horas jugaron en contra, debido a que, por cada minuto que pasaba, el oxígeno de la nave se iba acabando. Sin embargo, cuando encontraron partes de la nave, se empezó a confirmar el peor de los escenarios.
El desenlace fue la muerte de Hamish Harding, Stockton Rush, Paul-Henri Nargeolet, Suleman Dawood y Shahzada Dawood. Entre las investigaciones hechas por las autoridades, señalan al CEO de la empresa como el principal responsable del hecho, en el cual también él falleció, por no contratar a gente profesional ni acatar las recomendaciones.
Recientemente, el medio inglés reveló que Rush habría puesto a estudiantes universitarios de la Universidad Estatal de Washington Everett para hacerse cargo de la electricidad del sumergible.
Mark Walsh, un exalumno del Instituto de Electricidad y Electrónica de la universidad, mencionó que trabajó en OceanGate desde 2017, luego de graduarse de su carrera, dirigiendo la división eléctrica de la compañía.
Él hizo parte del desarrollo inicial del sistema eléctrico, el cual mostraba gratos resultados. “Estamos al borde de hacer historia y todos nuestros sistemas se están hundiendo en el Titanic. ¡Es una sensación increíble!”, declaró Walsh. Sin embargo, en 2019 dejó de colaborar con la empresa.
Durante ese tiempo, Walsh dirigió a un equipo de cinco personas, entre los cuales estaban dos pasantes de la Universidad y Tony Nissen, director de ingeniería de OceanGate. No obstante, la comunicación y conexión entre el equipo no fue la mejor y eso se demostraba en el plan de acción.
Ardi Kven, fundador y director ejecutivo de Ocean Research College Academy de Everett Community College, fue la persona que les ayudó a los estudiantes a encontrar las pasantías. En diálogo con The Herald, declaró que “a menudo había una desconexión entre la comunidad de exploración, que aceptaba empujar los límites, y los científicos más metódicos”. El propósito de contratar jóvenes era innovar con ideas modernas, pero el resultado no fue el esperado.
En las revisiones que se hacían, los diseños tenían problemas de seguridad, los cuales habrían sido evitados por ingenieros de más experiencia. Si bien la Universidad afirmó durante años que los avances eran insuperables, la realidad era distinta.
David Lochridge, exdirector de operaciones marítimas y piloto jefe de OceanGate, señaló que el Titán era un limón y no tenía lo necesario en materia de seguridad para bucear con confianza. Al expresar su preocupación por los inmensos fallos que había, la directiva tomó la decisión de despedirlo.
“Hasta que se implementen y se cierren las acciones correctivas adecuadas, Cyclops 2 (Titán) no debe ser tripulado durante ninguna de las próximas pruebas”, informó Lochridge en The New Yorker. Rush no estuvo de acuerdo con las inquietudes presentadas por el exdirector de operaciones, y declaró que no era necesario hacer viajes de prueba. La osadía del CEO llevó a que la tripulación perdiera la vida de la peor manera posible.
Cuando ocurrió el fatídico suceso, la universidad emitió un comunicado que decía: “Somos conscientes de que algunos de nuestros graduados han trabajado en OceanGate. Hasta donde sabemos, un graduado trabaja actualmente allí. No tenemos conocimiento de los proyectos de OceanGate en los que los exalumnos de WSU Everett han estado involucrados o cuáles pueden haber sido sus roles fuera de la información disponible públicamente”.
Revista Semana/Daily Mail