La Estación Hidrometeorológica de la Universidad Central de Venezuela (UCV) advirtió hoy sobre la llegada de la nube de polvo a nuestro país proveniente del Sahara, que podrá visualizarse desde el jueves y puede estar presente entre tres y seis días.
Para este jueves está prevista la llegada a Venezuela de la ráfaga de arena proveniente del desierto en el norte del continente africano. Se espera que la mayoría de este polvo se observe en las costas venezolanas y podría extenderse por unos seis días.
Se trata de un fenómeno que suele presentarse todos los años, pero este 2023 será el más denso en más de medio siglo. “Es una masa de aire muy seca y cargada de polvo que se forma sobre el desierto del Sahara, principalmente en el verano, y se mueve hacia el océano Atlántico cada tres a cinco días”, explica el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) de México.
Ángel Graterol, gerente general de Meteorología del Inameh, explicó que las concentraciones de este polvo serán mínimas en el país, de uno a diez microgramos por metro cúbico. «Los fuertes vientos hacen que este polvo se traslade por el Atlántico hasta varios países de la cuenca caribeña.
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud indica que este fenómeno comienza cuando el aire cálido choca con el aire más fresco en el Sahel, al sur del Sahara, lo que provoca que se levante la nube de polvo.
Mientras que las partículas ascendentes se remolinan, los vientos alisios intensos comienzan a soplar hacia el oeste en el Atlántico norte. Las tormentas de polvo se forman, sobre todo, durante los meses del verano y del invierno”, explica la OPS.
La OPS aclara que la nube de polvo contiene bacterias, virus, esporas, hierro, mercurio y pesticidas. Por tanto, las personas con problemas respiratorios o inmunodepresión pueden verse expuestas a crisis asmáticas, y dan algunas recomendaciones.
De acuerdo con especialistas, puede ser recomendable usar tapaboca y evitar hacer deportes al aire libre. Asimismo, las personas más vulnerables deben tratar de no salir al exterior cuando la nube es más densa y mantener las ventanas cerradas.
“Muchas veces se refieren casos de ‘gripes’ persistentes o alergias sin causa aparente que pueden haber sido provocadas por el contacto con partículas de origen biológico presentes en estas brumas”, aclara la OPS.
Con información de Nuevo Día