El príncipe Enrique cargó el miércoles contra un grupo de diarios británicos al que acusa de "pirateo telefónico" a "escala industrial" para obtener información ilegalmente, cerrando un histórico testimonio en el marco de su batalla legal contra la prensa sensacionalista.
El hijo menor de Carlos III, de 38 años, declaró durante cinco horas el martes y tres el miércoles ante el tribunal londinense que desde el 10 de mayo juzga a Mirror Group Newspapers (MGN).
Fue la primera declaración ante la justicia de un miembro de la familial real británica desde Eduardo VII, que lo hizo en un caso por difamación en 1891, antes de convertirse en rey.
"Ha sido duro", reconoció visiblemente emocionado cuando su abogado, David Sherborne, le preguntó cómo le había hecho sentir rememorar, pasando detallada revista a 33 artículos de prensa, el acoso mediático que denuncia.
Enrique, dos actores de televisión y la exmujer de un cómico acusan a MGN, editor del diario Mirror y la revista Sunday People entre otras publicaciones, de obtener información sobre ellos entre 1996 y 2011 mediante métodos ilegales que incluyen interceptar los mensajes de sus buzones de voz.
"El pirateo telefónico se produjo a escala industrial en al menos tres periódicos de la época y eso está fuera de toda duda", aseguró el miércoles el duque de Sussex.
Si el tribunal no lo acepta "sentiría cierta injusticia", afirmó.
Clive Goodman, un periodista del diario News of the World -que no es propiedad de MGN- y el detective privado Glenn Mulcaire fueron condenados en 2007 a varios meses de cárcel por piratear teléfonos de Enrique y su hermano mayor Guillermo, ahora heredero del trono británico.
– La "sangre" en sus manos –
"¿Cuánta más sangre manchará los dedos con que escriben antes de que alguien ponga fin a esta locura?", lanzó en sus argumentos escritos el príncipe que desde 2020 vive en California con su esposa, la estadounidense Meghan Markle.
La pareja alegó la presión de los medios sensacionalistas británicos y ataques racistas contra la actriz mestiza entre sus motivos para abandonar la monarquía y el Reino Unido.
Enrique, que desde entonces mantiene muy tensas relaciones con la familia real, dijo temer que ocurriese algo similar al accidente de tráfico en 1997 en que murió su madre, la princesa Diana, cuando era perseguida por paparazzi en París.
También responsabiliza de la enemistad con su familia a varios tabloides, contra los que está enzarzado en una batalla legal.
A finales de marzo, compareció por sorpresa en la Alta Corte de Londres para vistas preliminares contra ANL, el grupo editor del Daily Mail, también acusado de métodos ilícitos de recopilación de información por varias celebridades, entre ellas el cantante Elton John. En aquella ocasión, Enrique no testificó.
– Incidente en Argentina –
Como la víspera, el intenso interrogatorio por Andrew Green, abogado de MGN, dejó a la luz detalles privados sobre la vida del príncipe, como las acusaciones de trato privilegiado cuando estaba en la academia militar.
Enrique tuvo que admitir que muchas de estas informaciones fueron publicadas por otros diarios, pero volvió a acusar al Mirror de ir más allá, obteniendo información por medios ilegales que dijo no poder demostrar porque las pruebas "fueron destruidas".
Después, en respuesta a una pregunta del juez rememoró como en 2004 tuvo que ser extraído por motivos de seguridad de una finca en Argentina y llevado a la embajada británica en Buenos Aires para regresar inmediatamente a su país.
En aquel momento la prensa informó de "temor por un posible plan para secuestrarlo". Sin embargo, el príncipe dijo solo recordar "la cantidad de paparazzi muy agresivos que rodeaban el rancho y a la policía local diciendo que el único modo de deshacerse de ellos era pagándoles".
Por la tarde, Sherborne comenzó a cuestionar a la periodista Jane Kerr, exredactora jefa adjunta y excorresponsal real en el Mirror.
Los cuatro demandantes piden daños y perjuicios a MGN por el impacto que sus informaciones tuvieron en sus vidas.
En el inicio del proceso, MGN reconoció "algunos indicios" de recopilación ilícita de información y pidió disculpas, pero negó haber interceptado mensajes de buzones de voz.
AFP