Dos venezolanos lograron lo impensable para muchos otros connacionales: obtener un cupo para entrar en la prestigiosa Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) de Perú.
Las historias de Yuliveth Jardín Goitia y Moisés Donis Benítez, ambos de 18 años y de nacionalidad venezolana, marcan un hito en este país, quienes se midieron con más de cinco mil 500 postulantes que buscaban una vacante para las 30 carreras que ofrece la casa de estudios a través de once facultades.
Yuliveth Jardín: una historia en medio de la pandemia
En el pico de la emergencia sanitaria, Yuliveth Jardín debió dejar temporalmente sus estudios para dedicarse a ser mesera en una metrópoli donde, según Acción contra el Hambre, 78,3 % de venezolanos tiene un trabajo informal.
Lo hizo durante dos años y medio, hasta ahorrar suficiente dinero y costear su preparación académica. En agosto pasado se postuló por primera vez a la UNI, aunque no obtuvo el puntaje necesario.
“Empecé a estudiar de nuevo hasta ahora, que he conseguido la vacante. Obviamente, la UNI es una universidad de prestigio, eso a cualquiera le queda claro. Siempre estudiaba en la biblioteca [de la academia] desde las 8.00 am hasta las 9.00 pm. Quiero decir que con mucha disciplina no hay sueño que no se pueda cumplir”, remarcó.
La inserción de las mujeres en las carreras de Ingeniería ha crecido en los últimos años: en el reciente proceso de admisión 2024-I, ingresaron mil 269 postulantes, de los cuales 16 % son mujeres, la mayoría proveniente de la región Lima (173), tres de Cusco, dos de Puno y otras dos de Ayacucho.
Moisés Donis Benítez se lo dedicó a su mamá
El joven se midió con más de cinco mil postulantes en el reciente examen de admisión y logró hacerse con uno de los mil 533 cupos que ofrecía la casa de estudios al acceder a una vacante a la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones.
“Se lo dedico a mi mamá porque estuvo apoyándome por mucho tiempo. Lastimosamente no está acá para verme, pero sé que, muy en el fondo, estaría orgullosa”, dijo a La República, horas después de conocer que había obtenido un puntaje acumulado de 1091,040.
Su conquista estuvo marcada por noches de amanecida y largas horas de estudio, pero sobre todo por la pérdida de su madre en noviembre de 2023, debido a una enfermedad degenerativa. “[Mi mamá] siempre me motivó bastante. Me dijo que sí podía, que ella quería que yo alcanzara la vacante, que yo diera todo de mí en ese examen”, dijo.
Sus historias son ejemplos para otros jóvenes venezolanos, quienes tienen como metas precisas seguir su preparación académica fuera de su país.
Noticia al Día / Infobae