Wenceslao Moreno Jr. no es solo una voz: es una memoria viva. Durante 36 años ha puesto el acento, la emoción y la verdad en cada cancha, en cada estadio, en cada micrófono que le ha sido confiado. Desde los Petroleros de Cabimas en aquella última expansión del béisbol venezolano, hasta sus once temporadas como comentarista de las Águilas del Zulia, ha sido testigo y narrador de la historia deportiva de una región que late al ritmo del juego.
Pero no se detuvo en el diamante. El baloncesto lo tuvo desde el nacimiento de los Gaiteros del Zulia en 1990, pasando por Marinos de Oriente y Brillantes del Zulia, hasta ser voz de la Superliga Profesional de Baloncesto. También el fútbol lo contó con Atlético Zulia y Unión Atlético Maracaibo. Ha estado en todas partes donde el deporte reclamó pasión y verbo.
En la radio —su templo mayor— se ha movido entre el deporte, la música y la variedad, pero siempre regresando al terreno donde la palabra se convierte en vibración colectiva. Hoy, frente a cada micrófono, Moreno Jr. no describe: incendia. Analiza, anticipa, explica y emociona, porque sabe que el fanático no se engaña.
Es comentarista, narrador, locutor comercial, entrevistador y columnista. Sobre todo, es un hombre que ha hecho de la disciplina y la voz su destino. Y que, desde Maracaibo, ha grabado en la memoria del Zulia y de Venezuela un sello propio: el del narrador que nunca se permite la indiferencia.
Wenceslao, usted es considerado una de las voces más reconocidas del país. ¿En qué momento descubrió que la narración deportiva y la locución serían su destino profesional?
Decidí ser narrador y locutor poco antes de graduarme de bachiller. Desde siempre me atrajo el deporte y encontré allí mi camino.
Ser la voz oficial del circuito radial de las Águilas del Zulia lo conecta con la pasión de toda una región. ¿Qué significa para usted llevar la emoción de cada juego a miles de hogares venezolanos?
Mi voz como vehículo de lo que ocurre en el terreno me coloca en un lugar privilegiado. Procuro mantener la emoción en cada transmisión, siempre con la intención de aportar béisbol. La pasión es indispensable para conectar con los oyentes.
¿Cómo cree que la tradición beisbolera en el Zulia ha marcado la identidad cultural de la región y qué papel ha tenido la radio en fortalecer ese vínculo?
Para el zuliano el béisbol es una preferencia esencial. La radio ha sido el medio perfecto para sembrar ese fervor y pasión por el equipo. En Maracaibo el hecho deportivo es casi una necesidad primaria.
Se le conoce como un trabajador incansable de la radio. ¿De dónde surge esa ética de trabajo y qué sacrificios personales ha implicado?
De mis padres aprendí que la clave del éxito es el trabajo constante, responsable y con dedicación. A ello sumo la puntualidad, un valor del que soy obsesivo. En el béisbol suelo ser de los primeros en llegar al estadio; eso me permite ponerme al día con todo lo que rodea al equipo.
Usted ha estado en ambos medios como productor y conductor. ¿Qué diferencias encuentra entre narrar un juego en radio y hacerlo en televisión?
La radio exige descripción: trasladar al oyente al terreno, que viva cada jugada contigo, que cierre los ojos y vea el partido a través de tu voz. En televisión los fanáticos ya tienen la imagen; allí el reto es colorear y comentar lo que ven, manteniendo la emoción para que no pierdan el interés.
Muchos lo reconocen por su estilo apasionado y auténtico. ¿Cuáles son las claves para construir una voz y un sello propio en la narración deportiva?
El estilo se construye con los años y la experiencia. Una transmisión te dice cuándo el trabajo estuvo bien hecho. Con el tiempo agregas frases, matices de voz e impostación. El público espera que le digas la verdad de lo que ocurre en el campo. No puedes engañar a quien muchas veces sabe tanto o más que tú.
Si tuviera que escoger una jugada, un juego o un momento narrado con las Águilas que lo haya marcado para siempre, ¿cuál sería?
Son muchos los momentos importantes, pero lo que nunca acepto en el béisbol es perder por errores evitables: un pelotazo, una base por bolas, un wild pitch. Tampoco disfruto los juegos suspendidos o las dobles carteleras. Todo lo demás en el béisbol me ha marcado.
En tiempos de redes sociales y transmisiones digitales, ¿qué consejo daría a los jóvenes que sueñan con ser narradores o locutores deportivos?
Les recomiendo estar siempre actualizados. Hoy la información es abundante y hay que manejarla con criterio. Y sobre todo, leer. La lectura es insustituible. Nunca sabes cuándo puede servir un dato, como el origen del nombre de un estadio. Hay que evitar naufragar en el mar de la ignorancia.
J¿Cómo ve el porvenir de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) y, en particular, el papel de las Águilas en los próximos años?
La LVBP ha dado pasos importantes para mejorar. Siempre habrá detalles por resolver, pero se trabaja por ofrecer el mejor espectáculo. Águilas del Zulia afronta la temporada 25-26 con una nueva estructura organizacional bien recibida por todos. El equipo cuenta con una de las mejores reservas criollas de la liga, con talento de sobra para garantizar buenas temporadas. Al final, son las victorias las que llenan los estadios y los campeonatos los que enorgullecen a la afición.
Su voz acompaña y emociona a los fanáticos más allá del deporte. ¿Qué siente cuando le dicen que sus narraciones forman parte de la memoria afectiva de los venezolanos?
WM: Siento que debo seguir trabajando para ser mejor cada día. Procuro mantener una buena relación con los fanáticos. Mi labor no tiene sentido si no entrego lo mejor de mí. Y siempre con el grito que me identifica: ¡Vamos Águilas, que nos pelan!
Wenceslao Moreno Jr. es un hombre que se funde con la pasión de su oficio. En él, la narración no es un artificio: es una batalla contra el silencio. Su voz ha atravesado estadios, canchas y generaciones, cargando con la emoción de un pueblo que se reconoce en cada palabra suya. Porque Moreno Jr. no se limita a contar un juego: lo convierte en un acto de fe. Y en esa fe está la huella de un estilo indomable, de una voz que ya pertenece a la memoria colectiva del Zulia y de Venezuela.
José Rafael Rivero