Miércoles 06 de noviembre de 2024
Farándula

Plácido Domingo es acusado de acoso por una cantante de ópera

Una cantante de ópera española, a quien se le conserva el anonimato por temor a consecuencias laborales, según se explicó,…

Plácido Domingo es acusado de acoso por una cantante de ópera
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Una cantante de ópera española, a quien se le conserva el anonimato por temor a consecuencias laborales, según se explicó, ha acusado en el programa Salvados, de La Sexta, al tenor Plácido Domingo de acosarla presuntamente cuando compartieron escenario en la década de los años 2000.

Su testimonio, y el de otras mujeres que participaron por teléfono, representan los primeros señalamientos de este tipo de acciones achacadas al tenor realizadas en teatros españoles. Hay que recordar que ninguna de estas acusaciones ha cristalizado en una denuncia ante los juzgados. Consultado por ABC, ni el cantante ni su entorno han querido hacer declaraciones.

La artista española activa, quien ha mantenido su identidad oculta, develó en Salvados que estas situaciones «se saben en el mundillo» y contó que uno de los primeros consejos que se dan a las mujeres es que no se suban en un ascensor a solas con él.

También dijo que el tenor le preguntó si podía «meter la mano» en el bolsillo «tan bonito» de su pantalón y recuerda que no supo qué contestar porque no quería «que se ofendiese». Además, cuenta que en otra ocasión «fue más allá».

En aquella otra ocasión, el tenor, en plena función en un teatro de España, durante ya el siglo XXI, aprovechó la oscuridad entre un acto y otro en el escenario para besarla en la boca. «Un beso que ni vi venir ni pude esquivar ni quería recibir».

El programa asegura haber corroborado este hecho con un testigo y una persona a la que ella se lo contó en su momento. La denunciante no se planteó contarlo a sus superiores: «¿Cómo lo cuentas? Él es Plácido Domingo, y tú no eres nadie […]. Es intocable, no debería, pero lo es. Por eso estoy a oscuras».

Antes, esta mujer había desvelado otra situación en la que ella no era la protagonista pero la conoció de primera mano. «Me llamó llorando porque él le estaba llamando a todas horas, no sabía cómo había conseguido su teléfono y quería ir a su hotel, comer con ella… Era una chica que tenía 23 años, y yo tengo que reconocer, y me da mucha vergüenza, que me sentí aliviada. Era un sálvese quien pueda: si era ella, no soy yo».

Aparte de este testimonio, en el tramo final del reportaje dos redactoras de Salvados se preguntaban por qué no había habido denuncias en nuestro país. También se explicaba que después de un año y medio de investigación, ambas habían contactado con 25 personas que habían trabajado con el tenor. Varias de ellas cuentan por teléfono, y de forma anónima, situaciones similares a las narradas en Estados Unidos en nuestros teatros. «Es escandaloso que no hayamos tomado cartas en el asunto, incluso de forma institucional», dice una.

«Era el jefe»

El programa visitó a Patricia Wulf en Washington, la primera mujer que dio la cara en la investigación iniciada por Associated Press que desencadenó públicamente la controversia. Ella había actuado en varias ocasiones junto a Domingo, considerando que estas actuaciones se permitían por su «poder» y porque podía aportar dinero a la ópera en los Estados Unidos.

«Él era una gran estrella», afirma. A su vez, defendió que ella dio su nombre porque ya está retirada y cree que esto sigue sucediendo. «Tengo alumnas que podrían entrar en este mundo y tengo que hacer mi parte. No me arrepiento de dar la cara pero fue difícil. Aún me duele pensar en ello».

"No quiero que a nadie le pase esto"

Preguntada acerca de por qué no ha llevado a Plácido Domingo a los tribunales, Wulf asegura que no vio la necesidad de hacerlo porque «pasaron tantos años desde que pasó» aunque su objetivo es que «pare». «No quiero que a nadie más le pase esto. Quiero que deje de actuar en Estados Unidos», dice. La excantante afirma que él «lo era todo para las compañías de ópera estadounidenses» y que se le trataba «como un Dios» porque «era el jefe».

Y más. Lo describió como «muy tocón» y que «no es un caballero» a pesar de que él diga que eran «galanterías». «Siempre te agarraba la mano y te la estrechaba, te besaba en la mejilla, a veces acercándose más a los labios de lo que querrías. Cuando hablaba conmigo, no me miraba a la cara, solo aquí (pechos). Recuerdo que una vez me agaché, miré hacia sus ojos para que los levantara, me mirara y me preguntara cómo estaba en lugar de mirar mi cuerpo», detalló.

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Noticia al Día / Con información de ABC

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