Una exquisita jornada del mas fino teatro propició en la capital zuliana la presencia del importante dramaturgo venezolano Pablo García Gámez. Nuestro cronista cultural, Alexis Blanco, ofrece, exclusiva para Noticia Al Día, una reseña parcial de esta secuencia de eventos que transcurrieron en distintos espacios alternativos de una ciudad que jamás olvidará estos momentos de concitación proactiva.
LA VISITA de Pablo García Gámez resultó tan auspiciosa y benigna. Enhorabuena. Cuando se le ocurrió la genial idea de traerlo para el estreno de su obra, mi bienamada cómplice post Dramática, Nelly Margarita Oliver Figuera me llamó para que la ayudara a pensar una estrategia de trabajo sustentada en la presencia del antiguo amigo dramaturgo. Lo primero que se me ocurrió fue decirle que deberíamos lograr una gran concitación teatral, donde la ciudad se declarase en júbilo y derivase en la gran anfitriona del maestro caraqueño ahora radicado en Queens, Nueva York.
Y así sucedió. No por obra y gracia del Espíritu Santo, sino por gracia y obra de un conjunto de valiosísimas personalidades e instituciones que, como Fuenteovejuna, trabajaron todos a una para que nuestra ciudad reconstruyera los retazos de su traje de Arlequín servidor…
Así pues, con su Teatro Escuela, junto con Alejandro Borges y este lindo grupo de gente esteta, Oliver Figuera fue hilando y anexando: el equipo de 700 Arte y Antigüedades; la noble Silvia Martínez y Tentempié Danza; los infatigables maestros Lolimar Suárez Ayala y Arnaldo Pirela Paredes, más la matrícula completa de la escuela Inés Laredo; Henry Semprún y Fundrama; Leonardo Isea y la compañía Baralt Teatro; El Niño Azul de William Quiroz; los maestros técnicos, Marcos Morales, José Luis Cabrita y el genial Isidro Morillo (quien actuó su monólogo para Pablo), en fin, todos los actores y actrices de Maracaibo (y de la COL también, dada la presencia de mi bienamada colega Yesenia Rincón y de Jonathan Camacaro) nos fundimos alrededor del maestro dramaturgo de LA OTRA VOZ…
Quienes hasta aquí han llegado en esta nueva lectura escénica advertirán cómo deliberadamente he ido construyendo una suerte de liturgia muy mía y, repito, postDramática. Una eucaristía teatral donde el Cuerpo de Cristo es este memorioso quesillo casero con el que deseo necesito y requiero honrar a mi Reina MAB…
Después les seguiré contando. De hecho, las redes sociales están muy completas con respecto a lo que fue esta increíble grata visita. El colega maestro de la escena, Hernán Colmenares, desde su búnker habilitó todo un estuario de cauces informativos para convertir LA VISITA en un acontecimiento viral. En este punto debo elogiar la sensibilidad de la joven colega María Alejandra González, quien vino al Costa Verde, ese sábado, a cubrir su pauta del estreno para ese Canal I…Al concluir Mentiras y Recuerdos, ella había sido tocada muy en lo profundo de su corazón por el drama de aquellas tres damas heridas de amor maluco. Se vio ahí, en escena, como una muñeca moviéndose entre los hilos tejidos por Nelly y concitados por Pablo. Hubo ese instante sublime donde yo mismo volví a sentir algo que creí haber perdido para siempre tras el fin de la Sociedad Dramática: esa sublime energía orgásmica que te produce la plena convicción de estar haciendo muy bien todas las cosas de una puesta, donde cada detalle encaja perfecto y en armonía, resultado de hacer las cosas muy bien hechas por pensadas. Pensé en nuestro gigante, Enrique León Luzardo, padre de Javier, de Ariadna, de Camila, y mío en cierto modo.
Del taller LA PROPIA VOZ rescataré todo: la audiencia tan heteróclita como heterogénea; la entrega apasionada de los participantes; la justa y ajustada sintonía y retroalimentación lograda por el maestro; los reconocimientos y agasajos…Ya él mismo reconoció y ponderó el significativo detalle de los espacios múltiples y novedosos donde transcurrieron las obras que le fueron mostradas. Rondaron esas ideas de Brook o de Boal acerca de la invención continua y constante de los escenarios para nuestras representaciones. ¿No hay salas o espacios disponibles? ¡Los inventamos! Tan sencillo como eso. Tan sencillo como Pablo visitando esa casa de Lucía Antillano. Yo sólo pude estar en la primera sesión del taller del Pana Pablo. Entonces consignaré aquí mis apuntes ad hoc. Dios bendiga a todos:
-Hola…Estamos en el Centro de Documentación Ambiental Lago de Maracaibo, de la Biblioteca Pública María Calcaño…
-Mi nombre es Alexis Blanco. “Un señor ya muy viejo con unas alas enormes”, como ese cuento de Gabo…
-La verdad es que considero la de Pablo GG una visita muy importante porque este taller me parece indispensable para entenderme. Dramaturgia y periodismo para mí es casi la misma vaina…
MI HISTORIA:
Ella y él, a la orilla del lago, en Isla Dorada, un sábado equis…Cae la noche y el marullo del lago mezcla su estridencia natural con las exquisitas notas de un concierto de música electrónica, en alguna casa de la orilla, muy cerca del manglar donde ambos están a punto de darse su primer beso. Es un amor casi imposible porque sus sendos padres mantienen una muy vieja rencilla irreconciliable. De eso hablan, un poco tristes y resignados, mientras la luna anida en sus ojos.
-La luna parece brillar en tus ojos, dice él.
-No, es en los tuyos que la luna brillar parece-. Ella responde.
La mirada es intensa y ese magnetismo magnífico de los dioses les va llevando sin remedio, uno a los labios del otro…Justo en el instante del beso escuchan una increíble algarabía. Una algazara cósmica. “Coño, nos han descubierto”, exclaman al unísono. Entonces levantan la mirada al cielo para ver una bola de fuego incandescente cruzar el cielo iluminando la ribera lacustre. “¡A la verga, un meteorito!”, escuchase ese coro griego de maracuchos perplejo. Asombrados, ellos se descubren abrazados, tan íntimos, tan del beso cósmico…En el cielo comienzan también a escucharse truenos. La música electrónica los acompasa. Ellos desafían al mundo con ese beso. Largo. Extendido. Un angelito pasa y escribe en a arena, con el dedo gordo de su pie izquierdo: FIN
Alexis Blanco