Arezou Badri, una madre de dos hijos y residente de la ciudad de Nour en la provincia de Mazandaran, en Irán, fue interceptada por las fuerzas de seguridad que, al darse cuenta de que no llevaba el velo islámico obligatorio, intentaron detenerla para confiscar su automóvil.
Al no poder detener su vehículo, abrieron fuego e hirieron a la mujer y la hirieron gravemente, al punto de que ya no podrá volver a caminar. Reseña RCN.