Cada año se producen 100 mil millones de atuendos de vestir. la vida media de una de ellas es de 5,4 años. En el mundo, se usa una media de 7 a 10 veces y luego se bota
La industria de la moda es responsable del 8% de los gases de efecto invernadero y del 20% del desperdicio total de agua a nivel global. La producción textil es responsable de aproximadamente el 20% de la contaminación mundial de agua potable. La mayoría de los microplásticos de los textiles se liberan durante los primeros lavados.
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Para resolver el problema, se necesita rediseñar la forma en que se fabrica y utiliza la ropa. Esto implica:
Construir una industria que diseñe productos para ser más utilizados. Fabricar productos para volver a fabricarse y hacer productos con insumos seguros y reciclados o renovables.
Así mismo imponer regulaciones sobre etiquetados obligatorios y prohibir e imponer impuestos que limiten la utilización de fibras sintéticas.
La manera de vestir influye en cómo nos relacionamos con las personas, nos da sentido de pertenencia y nos ubica en un determinado estrato social, queramos o no.
. En diferentes lugares y momentos de la historia se promulgaron leyes que dictaron los tipos, colores y materiales de las prendas que se podían usar.
El objetivo, de acuerdo con la historiadora inglesa Aileen Ribeiro, era que nadie se vistiera por encima de su clase social.
Aunque hoy en día sigue habiendo códigos de vestimenta, lo que escogemos para ponernos ahora depende más bien de las tendencias de la moda y de nuestro presupuesto.
Durante la segunda mitad del siglo XX el precio de la ropa aumentó a un ritmo menor que el de otros productos por el consumismo en este sector.
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El Instituto de Recursos Mundiales (WRI) estima que hoy en día compramos 60 % más ropa que en el año 2000.
Las estadísticas indican que en 2017 la distribuidora Grupo AXO reportó un aumento de las ventas del 75 % en México en comparación con 2013. Este aumento también obedece a que hay más disponibilidad.
Otro de los cálculos del WRI es que el volumen de ropa que se produce anualmente alcanza para que todas las personas del mundo compremos al menos 20 prendas cada año, más o menos a razón de una prenda cada tres semanas.
Con información El Economista