Este 23 de abril, rendimos homenaje a Shirley Temple, la niña dorada de Hollywood. Aunque su carrera fue breve, dejó una huella imborrable en la industria del cine y en los corazones de millones de personas.
Shirley Temple nació en Santa Mónica, California, el 23 de abril de 1928. A los cuatro años, ya estaba en la pantalla, deslumbrando con su desenvoltura, graciosos pasos de baile y su capacidad para imitar a los artistas mayores. Su cabello dorado y sus mofletes redondos se convirtieron en una marca de época.
Desde entonces, protagonizó una serie de películas exitosas, como “Dejada en prenda”, “La pequeña coronela” y “Nuestra hijita”. Su atractivo trascendió la actuación frente a la cámara; también se destacó en entrevistas para la prensa, donde sorprendía a todos con sus respuestas filosas y perspicaces.