Este fin de semana ha sido especialmente doloroso para la Familia Real española, tras la pérdida de dos figuras muy cercanas a Juan Carlos I y doña Sofía.
El viernes por la noche, falleció a los 86 años Tatiana Radzivill, amiga íntima y confidente de la madre de Felipe VI. Horas después, se conoció el fallecimiento de Gaudencio Fernández, quien fue chófer del exsoberano y una de sus personas de mayor confianza.
Gaudencio dejó este plano tras superar los 100 años, estuvo vinculado a la Corona durante décadas.
Comenzó su carrera como conductor personal de Juan Carlos I durante más de 50 años y, tras su jubilación en 1989, se encargó del mantenimiento de los vehículos de la Casa Real en el Palacio de la Zarzuela, a petición del entonces jefe del Estado, quien deseaba mantenerlo cerca como muestra de agradecimiento por su lealtad y profesionalismo.
Originario de Villalán de Campos (Valladolid), Fernández no solo fue un colaborador fiel, sino también un buen amigo y confidente del Rey, con quien compartió una relación muy cercana desde que comenzó a trabajar para él en su adolescencia, cuando Juan Carlos tenía 17 años y entraba en la Academia General Militar de Zaragoza.
En sus recuerdos, Fernández mencionó que había recorrido todo el país y muchos lugares en el extranjero al servicio de la Familia Real.
En una entrevista a finales de los años 80, compartió que el viaje más largo que realizó con la familia fue a Niza (Francia), aunque fue el Rey quien condujo durante todo el trayecto.
Gaudencio también destacó el amor de Juan Carlos por la velocidad y su habilidad al volante, afirmando que todos los miembros de la Familia Real sabían conducir "y bien".
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