En 2007, el buzo australiano Eric Nerhus se encontraba explorando los arrecifes de Cape Howard, cuando a lo lejos fue identificado por un tiburón de aproximadamente tres metros de largo.
Nerhus contó al periódico The Sun que ya estaba "a punto de regresar a la superficie luego de buscar caracoles en el fondo del arrecife", cuando de repente fue atacado por un gran tiburón.
Eric, quien en ese entonces tenía 41 años, solo pensó en el momento de su muerte, al ver tan monstruosas mandíbulas abiertas acercándose a él. En un abrir y cerrar de ojos se encontraba de cabeza dentro del torso del tiburón.
Según el hombre, estaba siendo devorado, mientras la criatura intentaba triturar sus extremidades inferiores con sus colmillos y al mismo tiempo presionaba sus piernas con las mandíbulas.
Eric explicó que vio solo oscuridad desde el interior del depredador. Y que su mente solo pensaba en que todo estaba perdido para él.
La maniobra que le salvó la vida a Eric
Para el tiburón fue difícil de triturar y tragar a su presa, debido a que el traje de buceo era resistente y permitió la protección de Eric, lo que impedía el ingreso pleno de los colmillos al cuerpo de él.
Aunque el animal trató de aumentar la fuerza de las mordidas, el buzo sacó una de sus manos y la ubicó sobre un ojo del tiburón para luego presionar con fuerza.
La maniobra defensiva de Eric sirvió para liberarse del depredador y así éste, por resguardo, lo soltara y tomara distancia.
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