Después de una serie de protestas en contra de la decisión, LaLiga ha decidido dar marcha atrás. En un comunicado oficial, los dirigentes del fútbol español anunciaron que el partido entre Villarreal y Barcelona, que estaba programado para jugarse en Miami, no se llevará a cabo en esa ciudad.
“LaLiga lamenta profundamente que este proyecto, que representaba una oportunidad histórica e inigualable para la internacionalización del fútbol español, no pueda seguir adelante. La celebración de un partido oficial fuera de nuestras fronteras habría sido un paso decisivo en la expansión global de nuestra competición, fortaleciendo la presencia internacional de los clubes, el posicionamiento de los jugadores y la marca del fútbol español en un mercado estratégico como Estados Unidos”.
La controversia comenzó la jornada anterior, cuando los jugadores se manifestaron al no iniciar el partido de manera habitual, manteniéndose inmóviles durante algunos segundos en señal de protesta.
Además, figuras como Dani Carvajal expresaron su descontento a través de redes sociales, especialmente ante la falta de respuesta de los directivos a las inquietudes de los capitanes de los equipos, quienes buscaban aclarar la situación y evitar malentendidos.
Hasta el momento, ni el Barcelona ni el Villarreal han emitido algún comunicado o mensaje en redes sociales sobre la decisión.
Este es el cuarto intento fallido de llevar un partido de LaLiga a Estados Unidos; los intentos anteriores incluyeron un Girona contra el Barça en la temporada 2018-19, un Villarreal-Atlético en la 19-20, y el Barcelona contra el Atlético la temporada pasada.
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